Es 2 de abril y se conmemora el Día Mundial por la Aceptación del Autismo, es una oportunidad importante para reflexionar sobre la manera en que la sociedad aborda y comprende el autismo.
Los registros del estudio del autismo tienen aproximadamente tres siglos de desarrollo, en los que la forma de explicar y abordar el autismo ha cambiado. A partir de los estudios de Judy Singer en la década de los 90, se abrió paso el reconocimiento a la neurodiversidad como un hecho y también como una perspectiva actualizada que permite entender al autismo como un neurotipo.
La construcción del conocimiento médico del autismo, cultura en torno al autismo, así como las narrativas y símbolos de representación han provenido, por décadas, desde comunidad médica y familias de personas autistas, lo que no ha facilitado una representación, sino una interpretación ajena a la realidad del autismo.
Gracias a la difusión de información, al uso de las tecnologías modernas, y al acceso al conocimiento, las personas autistas podemos alzar la voz en la promoción de un activismo en primera persona que permite liderar los esfuerzos en la divulgación y estudio del autismo.
Esto implica escuchar y valorar las experiencias y perspectivas directas de las personas autistas, en lugar de depender únicamente de terceras personas.
El avance también representa abandonar argumentos infantilizantes, asistencialistas y patologizantes que impiden la construcción de una vida autónoma para las personas autistas.
Reconocer y apoyar el activismo en primera persona es esencial para garantizar que las voces y necesidades de las personas autistas sean reconocidas y atendidas de manera adecuada y oportuna.
El Día Mundial por la Aceptación del Autismo es una oportunidad para reflexionar sobre estos temas y trabajar hacia un futuro más respetuoso para todas las personas, independientemente de su neurodiversidad.