La campaña “Hidalgo Tiene Algo” cuanta con un eslogan oportuno, rima y se recuerda. Más allá del branding, el turismo hidalguense funciona como política pública que moviliza personas, se traduce en empleos y transforma la confianza. Cercanos al Valle de México y al AIFA, ofrece ventaja; la coordinación estatal con sus municipios y armonía con la federación marca el ritmo; la evidencia muestra resultados.
2024 cerró con más de cinco millones de visitantes y se recibió a 1.23 millones de turistas hospedados, con una ocupación hotelera anual que alcanzó el 48.91% y generó una derrama económica superior a los 3 mil millones de pesos. No hace mucho para entrever una tendencia de recuperación y consolidación a una marca estado que ya se reconoce y se traduce en actividad real para comercios y prestadores de servicios.
Simplemente, la Semana Santa de 2025 confirmó el impulso. Más de 1.6 millones de personas eligieron Hidalgo. La derrama se ubicó cerca de 845 millones de pesos. Corredores como la Montaña e Ixmiquilpan reportaron ocupación al 100% y municipios con vocación termal registraron filas a las entradas a la par con centrales de autobuses que operaron a máxima capacidad, dando un saldo fue favorable en empleo temporal y ventas locales.
El verano 2025 inició con 56% de ocupación estatal y el comportamiento se movió al alza con el avance del periodo vacacional con cifras que fortalecen la hipótesis de un segundo semestre dinámico. Pachuca, nuestra hermosa capital, también mostró buen desempeño en hospedaje y consumo; los Pueblos Mágicos sostuvieron flujos constantes de visitantes de fin de semana, tal como sucedió en mi natal Mineral del Monte.
Los productos de temporada también aportan: la ruta de luciérnagas generó 10.5 millones de pesos en ingresos hoteleros y un crecimiento superior a 50% frente al año previo. Consiste en una experiencia nocturna, cuidada y con cupos controlados que añaden valor. Familias y visitantes jóvenes comparten contenido orgánico en redes de manera espontánea y ese es el principal ROI (Regreso de Inversión, en sus cifras en inglés) de que el marketing de experiencias y la calidez que imprimimos está redituando. El siguiente KPI (indicador clave de rendimiento, por sus siglas en inglés) es la recomendación de boca en boca amplía el alcance de la campaña sin costo adicional, la publicidad más valiosa que se puede tener.
Se trazó una ruta de sostenibilidad y datos abiertos; gracias a ello, la medición con fuentes oficiales sustenta decisiones y la marca Hidalgo se integra con la generación de contenidos orgánicos y espontáneo de influencers de todas dimensiones con promoción digital, señalética, conectividad y capacitación en calidad de servicio. Los eventos ancla y festivales regionales se entrevera con la visión turística alineada al desarrollo económico y cultural previsto en nuestro Plan de Desarrollo Estatal trazado por el gobernador Julio Menchaca.
Todo lo dicho previsto también en una agenda clara para elevar el impacto, aumento de pernocta con paquetes de dos y tres noches, curaduría de rutas por segmentos: termal, naturaleza, minería de tradición, gastronomía y deporte. Señalética didáctica, estética, inteligente e intuitiva; compra en línea para experiencias con cupo en formatos amigables pensados en la amigabilidad y experiencia del usuario al momento de la adquisición. La formación de anfitriones digitales en comunidades, un calendario de temporada baja con congresos, torneos y circuitos escolares, alianzas con plataformas especializadas para cierres de conversión en última milla son factores que han abonado al éxito. Así que, Hidalgo no nada más tiene algo, tiene todo y un gran futuro turístico también.
