
Es natural que la evaluación de un gobierno busque expresarse en indicadores numéricos, como las encuestas. Esa tendencia se acentúa en contextos de confrontación, donde la polarización vuelve más difícil sostener opiniones moderadas; cualquier postura termina siendo rechazada por uno de los extremos. Hoy, esa polarización oculta transversalmente el humor social.
Es comprensible que analistas recurran a estudios de opinión, relevantes para medir el respaldo ciudadano, pero que no siempre reflejan el desempeño gubernamental. En ocasiones, los altos niveles de aprobación están más vinculados a la exposición mediática y a la narrativa en torno a figuras públicas. De todos los indicadores para valorar a un gobierno, vale destacar tres que, aunque insuficientes, abordan aspectos esenciales: la seguridad, la salud y el crecimiento económico.
Este gobierno inició en condiciones diferentes al anterior, violencia creciente, sin crecimiento económico y finanzas públicas bajo presión. Andrés Manuel recibió un país en mucho mejores condiciones que el que él entregó a la presidenta Sheinbaum. Además, el actual gobierno actúa en estrechos límites impuestos por la realidad política como son la influencia y el peso de su antecesor y la relación bilateral con EU, más compleja y con amenaza recurrente por aranceles. La evaluación debe considerar el entorno.
La gestión de la presidenta Sheinbaum transita en estas condiciones que representan un precario equilibrio. Lo más destacable del primer año ocurre en el combate a la inseguridad y la corrupción; lo más preocupante, las reformas que afectan a la República y al desarrollo político del país.
Para los próximos años el camino es incierto y en ocasiones adverso. Es próxima la revisión/negociación del T-MEC que impactará a la economía nacional. También es relevante el desahogo de la agenda de seguridad concertada con el gobierno de EU. Las elecciones en EU en noviembre de 2026 vuelven más complejo el escenario. En el caso mexicano, los comicios de 2027 devolverían espacios a la oposición, especialmente si continúan los escándalos que han afectado al oficialismo y se profundiza la implosión de Morena. Mucho ha ocurrido en este primer tramo de gobierno, y tanto o más podría acontecer en lo sucesivo.