Entre las diferencias biológicas de los hombres y las mujeres, destaca una: “andar en nuestros días”; es decir, menstruar. Y este simple aspecto, que a muchas personas les parecerá menor, impacta de forma considerable en la vida de las mujeres en México.
Consumir toallas sanitarias, tampones o copas menstruales implica un gasto que debe analizarse desde una perspectiva de derechos humanos e igualdad de género; pues se vincula con el acceso a la salud, a la vida digna, al ingreso mínimo vital y a la educación de las mujeres, niñas, adolescentes, y de otras personas que también menstrúan.
Asimismo, en la actualidad, estos productos pueden considerarse como un bien de primera necesidad indispensable en el ejercicio de derechos fundamentales.
Pero ¿qué tanto pega en nuestro bolsillo? A continuación algunos números. De acuerdo a la información del portal de noticias SinEmbargo, una mujer gasta hasta 36 mil pesos en productos para su menstruación durante su vida productiva.
No obstante, los artículos de higiene son 17 por ciento más caros para nosotras, cuando en México las mujeres ganamos hasta 34 por ciento menos que los hombres.
Por otro lado, el consumo de productos de gestión menstrual representa hasta el 5 por ciento del total de gastos en un hogar pobre.
Paulina Castaño, investigadora de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, advierte que a diferencia de otros productos exclusivos para un solo género, éstos no son opcionales y que la falta de políticas sociales para proporcionar su acceso libre y gratuito son una carga impositiva que implica discriminación directa y atenta contra la igualdad sustantiva de las mujeres.
En este contexto, el colectivo #MenstruaciónDignaMéxico elaboró una iniciativa de reforma a la Ley del IVA, con la finalidad de implementar una tasa del 0 por ciento de este impuesto a la enajenación de toallas, compresas, tampones, copas o cualquier otro bien destinado a la gestación de la menstruación.
Ojalá el Congreso mexicano se sume a los 21 países que han reconocido los efectos negativos derivados de gravar estos productos. Sería bueno “andar en nuestros días” de manera digna, en pocas palabras sin pagar impuestos por ello.
@nonobarreiro