El nuevo gobierno en voz del ejecutivo considera que la economía del país marcha requetebién. Pero sus tres grandes proyectos, con los que piensa transformar a México, están lejos de contar con el apoyo de técnicos y expertos. Por el contrario, los que saben señalan una serie de deficiencias en su concepción, pues ni siquiera existen estudios previos que los avalen. Para las finanzas del país y la seguridad de los ciudadanos representan aventuras muy riesgosas. ¿Y por qué le escribo esto?
Porque la manera de proceder del nuevo gobierno difiere muy poco de los gobiernos anteriores. Al igual que en los sexenios del pasado, se inscribe en la cultura de realizar obras costosas, orientadas por el “ahí se va” y el “a ver que sale”. Se planean construcciones malhechas que por riesgosas o inútiles terminan siendo un despilfarro mayúsculo. El socavón en el Paso Exprés de la carretera que conecta a México con Acapulco, en el que fallecieron dos personas, fue el caso más emblemático en el Gobierno de Peña Nieto.
Probablemente en muchos casos se trata de corrupción, pero en otros es sencillamente la cultura de no querer hacer las cosas bien. Al igual que en el pasado se dice requetebién, pero se hace requetemal y resulta requetepeor.
Hace poco en una entrevista en la radio, un experto en aeronáutica se sorprendía de que nadie le dijera al Presidente que en el Aeropuerto de Santa Lucía las nieblas que se presentan durante la temporada invernal y en los años lluviosos, constituyen un serio problema. Según un documento de la Fuerza Área Mexicana la niebla comienza desde octubre y se prolonga hasta enero. En los días con más neblina se cierra el aeropuerto entre las 6 y las 10 de la mañana y en ocasiones hasta las 12 del día. (No se ve nada capitán, ¿dónde dijo que vamos a aterrizar?).
Por si esto fuera poco, ahora resulta que hay un cerro, el Cerro de Paula, que dificulta los despegues y aterrizajes. (¡Crash!)
En Berlín, el nuevo aeropuerto no podrá entrar en funcionamiento porque el instituto que se encarga de registrar los defectos de las construcciones detectó 11 mil 581 imperfecciones. Los alemanes cuentan con una organización certificadora que trata de proteger a los seres humanos frente a los peligros que provienen de construcciones o incluso de autos, la TUV. Según el diagnóstico de la TUV, parte del Aeropuerto deberá ser reconstruida. Pero, aquí el mundo es otro. Al nuevo gobierno mexicano parece no importarle la seguridad aérea. La niebla y el cerro son seguramente fifís. (fifí-niebla y fifí-cerro).
El caso de la refinería Dos Bocas se inscribe igualmente en la cultura del desperdicio y las malhechuras. Si las mejores empresas del mundo ya dijeron que no es posible construir a ese costo y en ese tiempo (tres años) una refinería, ¿qué sentido tiene que la haga una empresa que no se dedica a la construcción y que es dirigida por un agrónomo? (Y que le explotan los edificios, ¿Se acuerda?)
El Grupo financiero Citibanamex estima que una refinería como la que se piensa construir, es decir, que produzca 400 mil barriles diarios y procese crudo pesado, costará alrededor de 12 mil millones de dólares y tendría un costo de construcción de ocho años.
El lugar elegido para la refinería se encuentra además alejado de los centros de consumo y es propenso para las inundaciones. (¡Ufff!)
Miriam Grunstein, experta en temas energéticos del Barker Institute, dijo en entrevista a Radio Centro que dejar en manos de Pemex la construcción de la obra es “desconcertante”, porque “sus capacidades son otras”.
Hay que recordar además que la empresa necesita incrementar su inversión para revertir la prolongada disminución de su producción, que cayó de 3.4 millones de barriles diarios en 2004 a 1.6 en la actualidad. El Instituto Mexicano para la competitividad publicó que la refinería solo tiene 2 por ciento de probabilidad de éxito.
Lo que resulta increíble es que en México, el Ejército construya aeropuertos, y Pemex, que no es una constructora, se haga cargo de construcciones. ¿Qué hacer todo requetemal no es corrupción? ¿Es que ya nos acostumbramos a no hacer nadie bien y luego lamentarnos de los resultados?