La lucha por la despenalización del aborto en nuestro país tiene antecedentes oficiales desde 1936 cuando la Dra. Ofelia Domínguez Navarro propuso la legalización del aborto por razones económicas y sociales; de manera colectiva es hasta el 28 de Septiembre de 1990 en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe donde se conmemora el “Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro”.
En todo el mundo existe un movimiento encabezado por feministas que trabajan por la despenalización legal y despenalización social del aborto.
La primera de ellas corresponde a que el estado otorgue garantías constitucionales y servicios de salud dignos; la segunda, en cambiar las narrativas del tema para alejarse del estigma y desinformación, al estructuralmente habernos construido, sin cuestionar, una cultura del rechazo en torno al aborto y a las mujeres que lo practican.
Estamos en un momento que nos permite ampliar la visión sobre el aborto, de gran responsabilidad para argumentar el tema desde una visión científica y de derechos. Recordemos: éste es un tema de derechos humanos al existir tratados, normas y leyes que lo protegen.
Es una cuestión de salud pública debido a que el aborto inseguro tiene costos en la vida y salud integral de las mujeres; el que sea la tercera causa de mortalidad materna es totalmente prevenible.
También, es una cuestión de justicia social, ya que las mujeres pobres y jóvenes son las que más mueren y a las que más se les criminaliza; finalmente, es un tema de autodeterminación, al ser las mujeres dueñas de nuestra capacidad reproductiva y derecho a decidir.
De forma general, los derechos sexuales y reproductivos han sido siempre vulnerados para las mujeres y niñas, su reconocimiento ha sido una lucha larga y desolada; desde Margaret Sanger que, en 1916 al abrir la primera clínica de control de natalidad fue detenida en varias ocasiones por hablar sobre métodos anticonceptivos; hasta mujeres de los años 20 en México que fueron señaladas como inmorales por hablar de la maternidad como decisión.
Hoy en el movimiento por la despenalización del aborto nos vemos reflejadas en nuestras antecesoras y sabemos que no queremos ser tratadas como ciudadanas de segunda.
El grito es global: “Educación sexual para descubrir, anticonceptivos para prevenir y disfrutar, aborto legal y seguro para decidir”.