Se termina la semana del 8M y con ella se van los logos violetas, símbolos y ofertas “Girl Power” con las que marcas e instituciones nos bombardearon.
Todo parece regresar a la “normalidad”: el sistema vuelve a ser un “perfecto engranaje” que funciona sin mujeres incómodas estorbándole.
Poco a poco observamos cómo, una vez que la euforia pasa, el violeta va borrándose del imaginario colectivo, mientras que la violencia contra las mujeres aumenta.
Las mujeres seguimos con la cuerpa y la mente cansadas de marchar y gritar, de leer denuncias y escuchar el dolor de otras mujeres.
Quienes participamos en colectivas, además cargamos con la impotencia de sentir un año más la violencia de las autoridades más ocupadas en cuidar edificios y criminalizar la protesta, que en cuidar a las mujeres.
Este año en Torreón presenciamos cómo las cámaras de seguridad de la ciudad sí funcionan, y lo hacen con la más alta tecnología cuando se trata de perseguir la iconoclasia, pero cuando se trata de encontrar a una mujer desaparecida, convenientemente nunca estaban funcionando en ese momento.
También tuvimos que presenciar cómo en año electoral las mujeres avocadas a la política y las funcionarias se pintaron de aliadas, se colgaron el pañuelo instrumentalizando nuestra lucha para beneficio propio.
Vimos llenas de rabia cómo el edificio de la Presidencia se pintaba de violeta con unas luces preciosas, mientras nos rodeaba el despliegue policial más grande que habíamos visto en cualquier evento feminista.
Y, por si fuera poco, otros colectivos (como los hombres dentro del LGBT+), decidieron que este año asistirían a marchar, importándoles muy poco el espacio seguro y exclusivo para mujeres que con mucho trabajo intentamos crear para todas.
Con todo y esto, quienes vivimos a través del feminismo estamos integrando todas estas vivencias para reflexionarlas e intentar obtener el mejor de los aprendizajes.
Con todo y esto, seguiremos en la lucha por, para y con las mujeres no solo el 8M, sino los 365 días violetas del año.
*Colaborada invitada: activista en Ola Feminista y Acompañantes Laguna.
