
Mantener y preservar las ventajas derivadas del nearshoring será fundamental para este periodo de transición política, tanto en México como en Estados Unidos. La convergencia de ambos procesos electorales presenta un fenómeno que no se había registrado en los últimos 12 años, lo que añade mayor incertidumbre a los mercados y a las empresas que buscan planear la segunda mitad del año.
Pese a ello, el primer trimestre del año ha mostrado una particularidad: la inversión extranjera directa (IED) se ha mantenido estable, reflejando una cifra histórica al cierre de 2023, con más de 36 mil millones de dólares. No deberá resultar sorpresivo que, de cara al periodo electoral en México, los inversionistas adopten una postura cautelosa donde aplacen anuncios de inversión, pues esta narrativa cambiará para el segundo semestre, en espera de un segundo round de elecciones en el país vecino.
No obstante, es esencial que la IED no se estanque, pues los beneficios generados por la disputa comercial entre EU y China han favorecido la relocalización de empresas extranjeras en el país, principalmente de aquellas provenientes de la región asiática, aunque es importante mencionar que solo estamos captando 10 por ciento de la oportunidad.
Por un lado, el aumento de la demanda de productos mexicanos, así como el aumento significativo de las exportaciones hacia EU han sido resultado de la guerra comercial que comenzó con el ex presidente Donald Trump y que ha posicionado a México como su principal socio comercial, lo que explica en cierta medida el incremento de la inversión extranjera dentro del país.
En tanto, la llegada de empresas extranjeras al país resalta las necesidades internas que deben tomarse en cuenta para mantener estas inversiones. Aspectos como seguridad, infraestructura y tecnología son los puntos de atención para aprovechar las oportunidades hacia las empresas que se relocalizan.
Las principales preocupaciones de los inversionistas se centran en si México cuenta con la infraestructura adecuada para mantener la operación de sus negocios, especialmente en áreas críticas como el suministro de agua y energía, problemas que no han podido solucionarse.
Es ahí donde surge la interrogante sobre qué acciones deben emprenderse por las próximas administraciones, independientemente del candidato o candidata elegido, para retener estas inversiones y solucionar las necesidades derivadas de la relocalización de empresas.
Un punto indispensable es la urgencia de realizar ajustes fiscales, ya que son esenciales para sostener las finanzas públicas sanas. Al reflejar unas finanzas positivas, se dará certeza y seguridad a las inversiones y empresas que llegan. Si bien este tema representa una inquietud para los inversionistas, la realidad es que los resultados de productividad de la economía mexicana sosiegan al mercado.
Ahora bien, no hay que perder de vista a los sectores más beneficiados, como automotriz, industrial y financiero, pues México tiene la capacidad de procesar las materias primas, así como el potencial de convertirse en un hub de inversión para armadoras. Y serán éstas las que aventajen los resultados del nearshoring.
Finalmente, debemos recordar que la relocalización de empresas, en especial de las regiones asiática y europea, apenas está iniciando y no vemos que esto vaya interrumpirse, sin importar los ganadores en las elecciones, incluso de llegar de nuevo Trump al gobierno, vemos que él ya no representará un riesgo para las inversiones o el mercado, de alguna manera el público inversionista ha aprendido a sortear la volatilidad “momentánea” que es capaz de causar.
Aun así, bajo ese escenario, considero que el ex presidente estadunidense incentivará el retorno de inversiones hacia Estados Unidos, lo que se conoce como reshoring, y como consecuencia, un flujo de inversiones productivas.Adicional a ello, para las empresas de esos países, poner plantas en México es sencillo y relativamente fácil, ya que en el factor riesgo-rendimiento sigue otorgando una prima mayor, por lo que el segundo aspecto incentiva tomar el riesgo de relocalizar su operación.