Donald Trump no solamente ha tomado el poder presidencial para hacer cambios en la economía, en materia social o para equilibrar las finanzas públicas, sino que el poder ahora lo utiliza como mecanismo para la venganza y también quiere cambiar la geografía: al Golfo de México por Golfo de América y al canal de La Mancha por canal George Washington. No sabemos cómo le pondrá a Groenlandia.
Un ejemplo de ello es el despido de los fiscales y empleados que colaboraron en las dos investigaciones judiciales contra Donald Trump en su primer ejercicio presidencial, el fiscal especial Jack Smith renunció ante su inminente despido y la purga se extendió a otros miembros del Departamento de Justicia con el subjetivo argumento de pérdida de confianza.
También el presidente firmó en su primer día en el cargo una orden ejecutiva donde pedía revisar todas las actividades del mandato de Joe Biden, de todos los departamentos y agencias federales tanto desde el punto de vista civil como penal, ya que según Trump muchas de sus acciones habían servido para una persecución de los rivales políticos, haciendo referencia a su caso.
Trump también destituyó al menos a 17 inspectores generales encargados de supervisar al gobierno para impedir la corrupción, este despido también parece una violación a la constitución, ya que para despedir a los inspectores generales se tiene que avisar al Congreso con 30 días de anticipación y aportar un razonamiento detallado justificando el despido. Por cierto, también obligó a renunciar a Jim Acosta, corresponsal de CNN.
Pues sí eso no parece una dictadura no sabemos a qué se refiere la oposición en México, la que no ha manifestado nada sobre las acciones dictatoriales de Trump sobre todo aquellas que afectan a nuestro país, cabe aclarar que la mano de obra migrante se ha satanizado, pero es estructural en la economía norteamericana porque consume y aporta una informalidad que abarata la mano de obra a grado tal que subsidia a la economía de ese país
Estados Unidos ha mantenido una imagen de adalid de la justicia, la libertad y la democracia, pero Trump más bien parece un caudillo, figura política famosa en el México, y se tipifica de la siguiente manera: “caudillo no es el que viola la ley; él es la ley”. Así parece gobernar Donald Trump.