La oposición, por expresar así al conjunto de fuerzas que atentan contra la nación tratando de imponer sus intereses de grupo o de clase por encima de los intereses de las grandes mayorías nacionales, tienen ahora un objetivo común: descarrilar la elección judicial, pero con diferentes motivaciones.
En el caso de algunos priistas, en especial Alito Moreno, andan muy activos tratando de que pase al pleno de la Cámara de Diputados el caso del desafuero del propio Alito, como una forma tangencial de descarrilar la elección judicial. Su intención es lograr su desafuero antes de que salga Norma Piña del Poder Judicial, por ello toda la bancada extrañamente dice que apoyarán el desafuero de Alito, claro, para que Piña lo cubra con un manto de amparos que lo protejan de la acción de la justicia, como ha pasado en otros casos.
Entonces lo más conveniente, si se quiere realmente juzgar a Moreno, es esperar a la salida de Norma Piña de la Suprema Corte de Justicia, y una vez electa e integrada la nueva estructura de la SCJN, entonces sí se proceda al desafuero de Alito Moreno.
También se ha comentado mucho acerca de algunos jueces que están compitiendo para ocupar cargos en el Poder Judicial, que tienen antecedentes muy negativos y que sin embargo no se han podido retirar e incluso continúan en campaña. Su motivación: seguir medrando con el puesto.
Sin embargo todas estas personas que tienen ese tipo de antecedentes, aún si superan la sanción democrática, podrían finalmente ser retiradas del puesto, en su momento por el Tribunal de Disciplina Judicial que comenzará a ejercer sus funciones también a partir de la elección.
Por otra parte, ¿cuál es la motivación de Ernesto Zedillo, quien opina que esta elección judicial da fin a la democracia en México?, quizá el temor de que esta nueva Suprema Corte de Justicia podría revisar el Fobaproa como delito continuado, y echar para abajo este terrible fraude a la nación que como monumento a la impunidad sigue vigente y creciendo; igual que el SAR, que le escamotea las jubilaciones a los trabajadores y que también fue producto de la mente maquiavélica de Ernesto Zedillo y que se ha mantenido gracias a las pensiones que otorgó el presidente López Obrador con dinero que suma a estas pensiones.
