El caso Lozoya sigue dando de qué hablar, pues ahora nuevamente deja la cárcel para llevar su caso en libertad. En realidad si tomamos en cuenta la presunción de inocencia, que considera que todos los inculpados son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, encarcelar a alguien sin tener pruebas suficientes sería violatorio de sus derechos humanos.
El caso Lozoya viene desde mayo del 2019 cuando se giró una orden de aprehensión en su contra por delitos patrimoniales contra Pemex, acusado de asociación delictuosa, corrupción, tráfico de influencias, crimen organizado, lavado de dinero y fraude en el caso de Agronitrogenados y de recibir sobornos de la transnacional brasileña Odebrecht.
En esa época huyó del país y fue capturado y encarcelado en España, lo extraditaron a México, lo hospitalizaron y luego aceptó ser testigo protegido a fin de no pisar la cárcel, le pusieron un brazalete electrónico y lo descubrieron cenando a todo lujo en un restaurante de las Lomas de Chapultepec, y la Fiscalía General de la República solicitó su encarcelamiento, aunque no sabemos si cenar en el restaurant Hunan es delito, pero de todas formas lo encarcelaron a principios de noviembre del 2021.
La Fiscalía General de la República denunció que Lozoya ha recibido privilegios procesales y esta institución se queja de que le han excluido pruebas que fueron obtenidas lícitamente por la fiscalía en Brasil y en Suiza, que el juez Gerardo Genaro Alarcón López lo benefició injustamente excluyéndolo de su responsabilidad en el pago de la reparación del daño en el caso de Agronitrogenados, alegando que el pago ya lo había hecho Alonso ¨N¨, pero parece justo que si alguien cubre el daño, este no se puede cubrir dos veces.
Y ahora la FGR dice que presentará un recurso de revisión en contra de la sentencia, porque el juez alega que no existe riesgo de que se sustraiga a la acción de la justicia cuando en los hechos el acusado huyó a España, que fue donde lo agarraron.
La Fiscalía General de la República, culpa al Poder Judicial, pero ¿de quién es la culpa?, porque la Fiscalía ya debería tener armado un caso sólido que permitiera al juez dictar sentencia, pero todo eso se ha retrasado, no sabemos si a propósito o porque el caso es muy complicado, la Fiscalía General de la República se muestra indignada por las decisiones de los jueces, pero debe aceptar su parte de la culpa, pues no ha logrado armar un caso suficientemente sustentado como para que se dicte sentencia condenatoria en contra de Emilio Lozoya.