El asesinato como solución política ha sido usado en el país durante muchas décadas, algunos casos se notan más que otros por su trascendencia histórica, y uno de los casos más sonados es el de Luis Donaldo Colosio, porque se trató del asesinato del candidato a la presidencia de la República y ha quedado en la conciencia popular la sensación de que los que investigaron, en una época que el PRI controlaba las instituciones, entre ellas la PGR y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dejaron muchas dudas sobre el resultado, que apuntó a que había sido un asesino solitario.
Ahora, muchos años después, en otro contexto político podría arrojarse luz sobre el caso, aunque algunos opinan que se quiere politizar el asunto. Resulta importante llegar a la verdad y, si bien hay un asesino material, lo más importante es conocer al o los asesinos intelectuales, que seguramente los hay. Recordemos que fue una investigación cargada de irregularidades y distorsiones, lo que podría significar una colusión desde el poder.
El pueblo tiene ya un responsable, el juicio popular es implacable, pero se requieren pruebas e investigaciones para llegar a la verdad, aunque hay gentes que se oponen, comenzando por el hijo de Colosio, quién sería la persona más interesada de que todo se aclare, pero acusó un uso electoral y político del asesinato de su padre y dice que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación inducida por el presidente por el delito de tortura en contra de Mario Aburto
La pregunta es por qué la resistencia a que se investigue, porque también la oposición se suma y surge el sospechosismo con el segundo tirador, que de demostrarse reforzaría la teoría de un asesinato de estado.
Ahora se culpa como segundo tirador a Jorge Antonio Sánchez Ortega ex integrante del Cisen, y también se acusa a Genaro García Luna, entonces subdirector operativo del Cisen, de encubrirlo. Los fiscales solicitaron una orden de aprehensión contra los nuevos acusados, pero el juez rechazó las pruebas.
Parece que el Poder Judicial hace jugada de pared con la oposición, pero el presidente López Obrador afirma que ningún crimen debe quedar impune.
