La guerra en Europa está afectando gravemente a las economías europeas, al pasar de una guerra convencional entre Rusia y Ucrania a una guerra económica y comercial entre Rusia y toda Europa occidental, tomando partido los países de la OTAN en favor de Ucrania hasta convertirse en un asunto que afecta a todo el mundo. Parece un plan perfectamente preconcebido para generar inestabilidad económica en Europa y otras partes del mundo mientras los norteamericanos están tranquilos. Como dijo John Kenneth Galbraith al terminar la segunda guerra mundial: “ningún país en los tiempos modernos ha salido de una guerra en las felices circunstancias económicas como lo han hecho los Estados Unidos”.
Pero las sanciones a Rusia para provocarle problemas económicos resultan un boomerang, porque este país les responde reduciendo o suspendiendo el suministro de gas a algunas naciones de Europa occidental que dependen en mucho del petróleo y del gas ruso, lo que les provoca a su vez problemas económicos en general. En cambio Estados Unidos no tiene graves problemas energéticos, ya es que es productor de petróleo e incluso exportador de gas.
París bien vale una misa, dijo un noble para aspirar al trono de Francia; parece que la recuperación económica norteamericana bien vale una guerra. México mantiene una postura seria y firme, aun así la subida mundial de las tasas de interés golpea al país, pero dicen que si se quiere encontrar al culpable busca quién se beneficia… pues sí: las grandes compañías petroleras y los bancos. Esta crisis mundial ha elevado sustancialmente sus ganancias; parafraseando a John Kenneth Galbraith podríamos decir “nadie en los tiempos modernos ha salido de una guerra económica y comercial en las felices circunstancias como lo están haciendo las grandes corporaciones y los bancos”.
Así la guerra Rusa-Ucrania se ha mantenido artificialmente dando préstamos, logística, ayuda y armas a Ucrania; así Estados Unidos traslada su crisis a Europa e intenta también hacerlo hacia China, provocándolos con Taiwán, pero los chinos saben que ese gusanito tiene anzuelo.
En realidad todo esto parece lejano para México, pero el hilo conductor de las crisis en la globalización es el sistema financiero, tan cercano como un click de computadora.
Julio César Vega Olivares