Política

La masacre de Allende, genocidio en Coahuila

  • Columna de Juan Noé Fernández Andrade
  • La masacre de Allende, genocidio en Coahuila
  • Juan Noé Fernández Andrade

El pasado jueves tuve la oportunidad de comentar el libro “La masacre de Allende. Crónica de un crimen de Eztado” (con zeta, en el título). 

Estuve al lado de su autor, Juan Alberto Cedillo, y del periodista Javier Garza Ramos. 

La agrupación de periodistas Voces Irritilas AC, y la coordinación de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Iberoamericana Torreón sumaron esfuerzos para realizar tal actividad. 

La asistencia fue un público mayormente universitario.

Lo escrito por el colega, historiador de formación académica y corresponsal de la revista Proceso en Nuevo León y Coahuila, detalla con minuciosidad, cita nombres, narra y contextualiza los porqués de lo ocurrido hace 13 años en ese poblado del norte del estado.

Un hecho que casi permanece en el silencio, encubierto por la complicidad de autoridades locales, y por la desatención de la prensa no solo de la entidad sino del país. 

Pocos medios y periodistas extranjeros difundieron lo que en Allende había sucedido entre el 17 y el 21 de marzo de 2011: la peor tragedia humana perpetrada por el crimen organizado en este país. 

Lo de Allende supera la dimensión de cualquier otro episodio trágico en México en muchísimos años.

Cedillo, como el periodista que es, hace justo el periodismo justo en este tipo de acontecimientos, lo convierte en algo útil: investiga a profundidad, huele y olfatea, va y recorre el lugar, los escenarios, observa con ojos de reportero, formula preguntas serias, sin morbo, sin ninguna consigna sino con su suficiente vocación y corazonadas de reportero; cumple, se mete en las entrañas e indaga la información, platica con tacto y cuidado con la gente que vio y vivió esa masacre, los (casi 300) asesinatos bestiales de niños, mujeres y hombres inocentes, se entera de la crueldad desatada ahí, del incendio a propósito de casas y vehículos, del abuso de mujeres. 

Da cuenta, pues, de un genocidio que debió y debe sacudir conciencias en Coahuila. Da cuenta de la corrupción política que genera tragedias como la de Allende. 

Da cuenta de las millonarias cantidades de dinero que se embolsaron autoridades que siguen tan campantes en cargos públicos. 

Da cuenta de los errores de organismos estadounidenses que fueron factor para que los demonios llegaran aquella tarde del 18 de marzo de 2011 y convirtieran en un verdadero infierno a ese olvidado poblado. 

“La herida sigue abierta y sigue doliendo”, expresan apenas a un reportero desde el colectivo Alas de Esperanza en el treceavo aniversario de lo cometido.

Gobernantes de Coahuila estuvieron y están, y ninguno los atiende, no los asisten en nada. "… La exigencia… continúa siendo la misma, principalmente por la reparación del daño, que fue una petición nivel internacional y a la fecha no se ha resuelto nada", dijo Serene Berenice Juárez Flores, en la ceremonia del Memorial por los desaparecidos en la región norte de Coahuila y que sirve para recordar a quienes no han sido localizados: 

hijos, nietos, hermanos o padres, escribió el corresponsal René Arellano.

Cedillo revela información desconocida, sensible, entresacada de documentos, de archivos, de las cortes que en Texas han llevado el caso de criminales narcos que en Coahuila robaron y mataron y nunca fueron molestados porque pagaban para ni siquiera buscados. 

“…detrás de las más escalofriantes masacres que ha habido en nuestro país, se puede descubrir la mano del Estado, y de aquellos funcionarios que prefirieron servir a los intereses criminales y no a la sociedad… Es una lectura urgente sobre los vínculos entre el crimen organizado y el poder político en México”, se sostiene en el libro.

Javier Garza reconoció que en Coahuila la prensa fue omisa en ese asunto; y yo reitero que el control de la prensa en el estado es férreo.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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