“Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones.
Los problemas que enfrentamos los podemos superar”, expresó –entre otras alusiones a su partido y al sistema- aquel 6 de marzo de 1994 el entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio.
Fue el acto que lo trascendió y que 17 días después lo llevó a ser asesinado.
La comunidad priísta lo piensa y lo sabe, sin decirlo, de la autoría intelectual de ese magnicidio. La voz pública enmudece, pero no olvida.
Hago la cita textual no para hablar de Colosio, pero sí para enmarcar esa frase en que el país, y en este caso en Torreón, aunque haya una exigencia, no hay respuestas claras ni precisas y, por lo tanto, no logramos aún que el trabajo cultural, público y privado, se convierta en la alternativa y herramienta de una necesarísima transformación individual y social.
Torreón, que es donde vivimos, padece de notables diferencias sociales.
Las razones podemos esgrimirlas en un radio de 360 grados, sin que alcancemos a consensar opciones que sanen las heridas que la cultura no alcanza a atender.
Sin embargo, en términos de cultura, la semana que concluye se dio a conocer de las cantidades de dinero que, producto del pago de impuestos, derechos, multas, sanciones administrativas, etcétera, el ayuntamiento autorizó dar a instituciones, dependencias y organismos que, en el papel, tendrían que cumplir con promover, fomentar, difundir, esparcir, impulsar, organizar, y hasta originar actividades y eventos culturales –en todas sus expresiones-, así como de respaldar al vasto y variado talento individual y grupal existente en todas las capas sociales, incluidas desde luego las más marginadas.
Ese dinero, en este 2023, será para la Camerata de Coahuila con 160 mil pesos en un cheque único, más una partida mensual de 80 mil pesos.
El Museo Arocena recibirá 180 mil pesos como aportación extraordinaria, y cada mes otros 84 mil pesos.
El Teatro Nazas, un pago de 110 mil pesos, y cada 30 días 55 mil pesos.
El Patronato del Teatro Isauro Martínez obtendrá un beneficio adicional de 80 mil pesos y otros 40 mil pesos por mes. El Instituto de Música Santa Cecilia, 42 mil pesos de entrada y 21 mil pesos mensuales.
El Teatro Garibay 36 mil pesos extras y 18 mil pesos de mensualidad.
Quien se lleva la tajada mayor es el Instituto de Música de Coahuila (InMus), al que le fue autorizada una aportación de 200 mil pesos, más otros 100 mil pesos mensuales.
En mis pláticas con gente del medio cultural, surgen preguntas, dudas y serias inquietudes por el monto del dinero público asignado a patronatos.
¿Que éstos no debieran conseguirlos fuera del erario? ¿Cómo podemos interpretar la política del ayuntamiento en la materia? ¿Se justifica? ¿Quiénes y cómo se benefician? ¿Para qué sirven los consejos ciudadanos de “n” instituciones?
¿El cabildo sabe lo que significa el trabajo cultural oficial y privado? ¿Por qué el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE) opera casi al término del primer trimestre sin presupuesto?
¿Por qué más del 80 por ciento lo absorbe su nómina? ¿Por qué? México y Torreón siguen sin respuestas.