El pasado martes 30 de mayo participé en una emisión especial de la Q radio y 15diario TV (en Facebook), con la conducción del periodista regiomontano Luis Lauro Garza.
La denominaron “8 Coahuilenses frasean su elección”.
Durante casi cien minutos expusimos, con absoluta libertad, lo que pensamos acerca del proceso electoral que mañana domingo 4 de junio votará al próximo poder ejecutivo y al legislativo de Coahuila.
De entrada, cada quien destacaría la singularidad política que caracterizaría políticamente hoy al estado.
Yo comenté que en esta tierra la era dinosáurica no había terminado.
Después, en otras preguntas y a manera de resumen, expuse que con lo visto esta última semana en relación al actuar de los partidos Verde y del Trabajo, más supuestos episodios de amedrentamiento contra algunos integrantes de Morena en Saltillo y en Torreón, el contexto había derivado en un escenario incierto para todos, pero más, para el electorado.
El desencanto podría ser una realidad mañana domingo, o bien ser el acicate que despierte el ánimo de ir a las urnas aun en el ambiente de hostilidad y encono, y una prostituida y desideologizada arena política partidista.
En el grupo de discusión aludido compartimos la voz Jackie Campbell, Camelia Muñoz, Mario Valencia, Francisco Javier López, Samuel Cepeda, Rosario Varela, Lerins Varela y yo.
La opinión importante, sin embargo, la hizo la audiencia, que aplaudió el ejercicio por los posicionamientos escuchados, ajenos a intereses progobiernistas y que dejaron un buen sabor de boca.
Un aire fresco corrió la tarde noche del martes en la red.
Un escucha me dijo: “Qué sucia y cochina es la política. Esto que pasó en Coahuila con el PT y el Verde, comprueba que son unos partidos prostitutos que se venden al mejor postor.
Para mi, lo del PT fue adrede, que apoyaría a Mejía para confirmar que perdiera Guadiana creyendo la teoría del arreglo de que el Estado de México es para Morena y Coahuila para el PRI.
Es la crónica de una derrota negociada. A Coahuila mandaron al candidato más débil, cuando el fuerte era Mejía, éste se enoja y cae en la jugada planeada arriba para que el PRI gane aquí.
De haber sido Ricardo el candidato, se le habría complicado al PRI su posible triunfo, aun con su impensada alianza con el PAN y el PRD.
Sí les funcionó aquello de ‘divide y vencerás’. Al que apretaron fue al PT, no a Ricardo, aunque hizo su rabieta”.
El PT le debe todo a Morena, al presidente. Para mi hubo arreglo entre AMLO y Riquelme, cuando el presidente pudo haber ido por todas las canicas, ¿por qué negoció?
En el Estado de México, Alfredo del Mazo entregó a Morena la derrota del PRI. Al final de cuentas todos negocian, López Obrador lo hizo con Riquelme para no tocar a ninguno de los Moreira.
Es un pinche mugrero”.
Otro escucha: “En la vida incluso juega la suerte y el PRI la tiene. Mejía y Guadiana cooperaron involuntariamente. Quizá haya abstencionismo”, advirtió.
¿Qué implicaciones tendrá la permanencia del PRI tomado de la mano con el PAN y de un dedo del PRD? ¿Cuánto durará ese matrimonio entre tres? ¿Los puestos los repartirán de acuerdo a los votos que cada uno obtenga? ¿Cómo?
¿La mamá del candidato impondrá a su gente? ¿Y en la Secretaría de Cultura irá a dar un nefasto personaje que lleva 12 años pegado a Ana Sofía García Camil? ¿La cultura seguirá siendo un asunto político?
¿O se la darán a una panista de Torreón? ¿Habrá voto masivo por Morena? ¿Y si la mayoría sale a votar, cabrán las sorpresas?
Como sea, mi apuesta es porque sea una votación pacífica, de ánimo encendido en el corazón y fría la cabeza.
Que las policías, y menos la estatal, no tengan que actuar.
Hago un llamado a la serenidad, a votar y listo.
Y esperar el resultado oficial, porque el lunes la vida seguirá.
