Qué difícil no abordar el tema NAIM; honestamente estoy sorprendido con lo acontecido y creo que los mercados –estos días— han mostrado cómo esta decisión no gustó. Lo mío se enfoca estrictamente en lo financiero y económico, y es justo desde esa perspectiva, que comento lo vivido en este par de días.
Empiezo por lo más visible y escandaloso: el tipo de cambio, la cotización peso/dólar que de estar hace tres semanas debajo de 19 pesos, hemos poco a poco llegado por arriba de 20 pesos. No todo es consecuencia del aeropuerto, hay que recordar que nuestra moneda flota libremente y son muchas las variables que la hacen fluctuar; al principio de esta depreciación el peso fue en línea con la canasta de monedas y se depreció frente al dólar como todas las similares, el factor principal fue un movimiento de aversión al riesgo y un alza de tasas en EU que provocó que muchos capitales regresaran a ese país y como consecuencia fortalecieron al dólar.
Vimos caer las bolsas en EU, llevarse y contagiar a las bolsas en Europa y Asia, y por supuesto en América Latina. Honestamente este movimiento bajista de las bolsas norteamericanas no lo veo como el inicio de una crisis, ¿por qué?, pues porque los fundamentales de la economía norteamericana, la información económica y los reportes de las empresas que cotizan en esos índices, han sido mayoritariamente positivos.
Hay que recordar que la reducción de impuestos que hizo Trump (que me parece irresponsable y populista), contribuye a una menor retención; las personas físicas tienen más para gastar, las empresas reportan utilidades mayores ante una menor carga fiscal.
¿De dónde viene la depreciación adicional de nuestra moneda?, de una observación negativa de la calificación de la deuda de Pemex, porque preocupan los planes a futuro de la petrolera, la menor producción y su alta contribución al presupuesto, es decir, la seguimos ordeñando ante la pésima estructura fiscal del país.
Otro tema que ha provocado la depreciación de nuestra moneda, la caída de la bolsa y el alza en tasas de interés, es la cancelación del proyecto de infraestructura más importante del sexenio; a los mercados no les gustó y como los mercados no ocultan nada, ahí se dieron las primeras reacciones que por lo pronto ya castigan el precio de los bonos verdes colocados para financiar el proyecto de Texcoco al ser reducida la calificación de “Baa1” a “Baa2” con una perspectiva negativa por parte de Moody's, dejando sujeto a revisión la definición del plazo a partir del cual cubrirán los 1.6 mdd de recursos de los inversionista originales del Fibra E (Afore y otros Inversionistas Institucionales) que generarán un cargo al erario público antes de lo programado.
Esta decisión le va a costar al gobierno federal, más o menos lo mismo que se va a ahorrar, 4 mi mdd; las Afore, los tenedores de bonos del aeropuerto y de la fibra aeroportuaria, pueden estar “relativamente” tranquilos porque se les pagará con el TUA (Tarifa de Uso Aeroportuario), somos de los países con TUA más elevado y en promedio este representa 30 por ciento del costo del boleto.
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