Fue impresionante la reacción de los mercados financieros ante el anuncio, el viernes pasado, del descubrimiento de una nueva cepa de covid-19 en Sudáfrica denominada ómicron. Al conocer la noticia las bolsas se desplomaron: en Europa cerca de 4% y en EU 2.5%, también los mercados asiáticos reaccionaron de forma negativa.
A lo largo de la semana el tema generó incertidumbre y lo peor es que lo único que se ve es especulación, pues nadie ha dicho qué tan grave es o si es más contagiosa y mortal que lo que hoy se conoce. Tampoco los principales fabricantes de vacunas, como Pfizer y Moderna, se han manifestado al respecto.
Los representantes de Pfizer tienen optimismo de que su vacuna se podrá adaptar rápido para combatir la nueva cepa; Moderna ha dicho que esto puede tomar meses. Al día de hoy no hay certeza en nada.
Los mercados financieros han estado muy volátiles: las bolsas bajaron el viernes, rebotaron el lunes por considerar lo del viernes exagerado, pero cayeron de nuevo el martes y el miércoles, cuando amanecieron con ánimo muy positivo que desapareció al confirmarse el primer caso de ómicron en EU.
Pero más allá de las repercusiones en las bolsas, el precio del dinero o el del petróleo, la máxima preocupación es si ómicron es tan negativo como para descarrilar el regreso de las economías a la normalidad y si es tan fuerte que la única manera de contenerla sea aislarnos nuevamente con el consecuente daño generalizado en lo económico.
No creo que ese sea el caso. No le resto importancia pero, insisto, las reacciones que hemos visto parecen exageradas, además debemos tener confianza en el avance de la ciencia.
Estamos mucho mejor que en marzo de 2020, cuando no teníamos idea de nada y no había vacuna a la vista. Hoy tenemos una variedad que se puede modificar o adaptar, pero no estamos partiendo de cero.
En segundo lugar, los pocos casos de ómicron detectados hasta ahora no han sido graves, los síntomas se reportan como leves. Y, en tercer lugar, la vacunación sigue avanzando en el mundo, el proceso se puede acelerar, pero sin duda estamos mejor que hace un año.
A los inversionistas les recomiendo actuar con tranquilidad y no reaccionar ante noticias exageradas. El mejor ejemplo son aquellos que el viernes se lanzaron a comprar dólares a 22.15 (el día que se dio la noticia). Hoy la cotización está casi un peso por debajo. Lo mismo sucederá con la mayoría de los activos que perdieron valor ante la incertidumbre.
Para México el mensaje debe de ser claro: es imperativo que la gente se siga cuidando, que se mantenga el uso de cubrebocas en los lugares públicos —ojalá los gobernantes pongan el ejemplo—, es de la mayor importancia acelerar la vacunación, incluyendo a los adolescentes, y ojalá se pudiera considerar a los niños.
Estoy cierto que en los próximos días tendremos más noticias y actualizaciones sobre ómicron, mientras tanto seamos prudentes. _
Manuel Somoza