Muchos seguimos asombrados del comportamiento del tipo de cambio, y no es para menos. Tampoco se necesita ser experto en análisis económico o financiero dudar del comportamiento de la moneda, pero en el caso del peso mexicano, que flota libremente, éste está explicado y fundamentado correctamente. Una moneda con tipo de cambio fijo no obedece a nada, se fija por instrucción del gobierno y se financia con recursos su paridad. En el pasado tuvimos esto, fracasó y el fracaso venía acompañado de duros golpes a los recursos, hasta el punto que en 1994 el país se quedó prácticamente sin reservas y fuertes devaluaciones. Hoy China es la única economía que mantiene un de tipo de cambio fijo, pero ellos tienen más de tres trillones de dólares, que es más que suficiente para mantener el tipo de cambio fijo.
Es más sano un régimen de libre flotación que no es más que dejarlo a oferta y demanda.
Lo extraño es que, bajo las circunstancias actuales del país, el tipo de cambio esté en torno a los 20 pesos por dólar. En otras palabras, hay una crisis profunda, pero la moneda está fuerte, esto es inusual, pero está bien fundamentado.
La explicación rápida es si el dólar bajó de 24 a 20 pesos es porque entran más dólares de los que salen. Así es en un régimen de libre flotación y aunque es difícil de creer se juntan muchas razones fundamentales que explican la entrada de recursos al país. Como comenté, la inversión financiera de extranjeros en el año se ha reducido, hemos perdido más de 12 mil millones de dólares. También la inversión extranjera directa (la de empresas que llegan a establecerse en el país) disminuyó y por último las ventas de crudo que también bajaron respecto a años anteriores.
Aun con estos indicadores negativos, en los últimos meses se elevó la entrada de dólares al país producto de su debilitamiento, algo del flujo de extranjeros regresó a bonos y a bolsa, de los paisanos que mandan remesas, mismas que han crecido de forma importante y también algo inusual es el amplio superávit comercial que hay en donde típicamente, y cuando la economía funciona, hemos sido más bien deficitarios. Hay que entenderlo porque explica la apreciación y no es necesariamente una buena noticia. Cuando México crece al 2% o arriba de este mediocre promedio histórico somos deficitarios, es decir, importamos más de lo que exportamos. Esto no es malo porque el mercado local demanda más de lo que exporta, hay poder de compra y una demanda superior a lo que pide el mercado externo. Aquí salen más dólares de los que entran. Ahora que somos ampliamente superavitarios exportamos más de lo que importamos, o sea, el mercado interno es muy débil y pese a lo débil de las exportaciones hay más demanda externa. En este evento entran más dólares de los que salen y aprecian la moneda.
Con todo lo anterior y lo atípico que es, se fundamenta y explica la fortaleza temporal que, desde mi punto de vista, puede sostenerse algunos meses y no descarto que vaya hacia 19.50 pesos. Aun así y sin la certeza de que esto ocurra, creo que para una protección patrimonial hace sentido invertir en dólares y mantenerlos. No sé cuándo, y espero estar equivocado, pero este país no está tomando las decisiones correctas a futuro y pronto estas variables pueden cambiar; el dólar, con la recuperación económica, puede apreciarse y mandar el tipo de cambio de nuevo hacia 21.50 o 22 pesos. Es cuestión de tiempo.
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@juansmusi