Una buena idea se hace bien o mejor no se hace. Si se hace mal no solo provocará más males de los que se pretenden resolver o evitar; se desprestigia la misma buena idea, que se puede volver impresentable, incluso prostituirse. ¿La idea más reciente del Presidente López Obrador de una Guardia Nacional híbrida o militarizada es buena en las circunstancias actuales? Si lo es ¿cómo debe hacerse? ¿Hay otras ideas al respecto?
A la vista del dictamen que en la Cámara de Diputados elaboraron sus legisladores vale la pena comentar algunos de los 13 artículos que se proponen reformar a partir del 1 de febrero. Por un lado, a los integrantes de la Guardia Nacional los juzgarán autoridades civiles por delitos cometidos en funciones de seguridad pública, y por otra parte, las faltas a disciplina militar, lo harán autoridades militares. Esquizofrénico.
En artículo 21 se define a la Guardia Nacional, por un lado, como institución del Estado que participará en la salvaguarde de la libertad, la vida, la integridad y el pleno ejercicio de los derechos de las personas, protegiendo su seguridad y patrimonio. Y por otra parte se dice la Guardia Nacional es parte de la Administración Púbica Federal, en forma también ambivalente: a través de la Secretaría de Seguridad en lo que respecta a la planeación, programación y ejecución de sus funciones, y de la Sedena en “estructura, jerarquía, disciplina, régimen de servicios, ascensos, prestaciones profesionalización y capacitación”. Y se agrega una disposición centralista al definir que las políticas, planes y estrategias en materia de seguridad pública estarán a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública federal, haciendo a un lado el Consejo Nacional de Seguridad Pública.
En artículos transitorios se dice que en tanto persiste la emergencia de violencia e inseguridad, y por un plazo máximo de 5 años, la Guardia Nacional estará se adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional. Esta es la parte de militarización más crítica. Y se prevé que hasta el tercer año de funcionamiento el Ejecutivo Federal enviará una evaluación de su desempeño y resultados, lo cual debería hacerse anualmente, cuando menos. Dentro de los tres años siguientes de entrada en funciones se elaborará programa de reestructuración orgánica y funcional de instituciones de seguridad y de fortalecimiento. Absurdo. Es importante este programa se apruebe en el Consejo Nacional de Seguridad Pública de forma inmediata, pues es desde estados y municipios que debe iniciar verdadera solución.
El esquema ha de revisarse para garantizar un modelo de coordinación y no de subordinación a la Federación. También desconoce el origen de la institución de la Guardia Nacional y su incorporación en las distintas constituciones desde 1824, en las cuales la Guardia Nacional es milicia de los estados.
En conclusión, la idea de disponer de las Fuerzas Armadas para de manera subsidiaria, complementaria y excepcional colaborar en tareas de seguridad pública es pertinente siempre y cuando exista una ruta crítica verificable para regresarlas a los cuarteles como exige la Constitución General y con pleno respeto a derechos humanos y al sistema federal.
Piensa global, actúa local. La idea pertinente es realizar acciones que tengan un impacto global en una escala local. Esto no se contiene en el dictamen en comento, donde se piensan ideas viejas y centralistas. Para quienes desde el principio de la subsidiariedad o complementariedad escalonada construimos alternativas, hay que cambiar el enfoque si queremos resolver el grave problema de inseguridad que vive nuestro País.
¿Qué hacemos con idea de Guardia Nacional?
- Instinto de conservación
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Juan Miguel Alcántara Soria
Ciudad de México /