Ni siquiera debería ser necesario aclararlo, pero empecemos por lo obvio, la palabra puto es ofensiva a quien se le dirige y a todos los homosexuales. Eso es irrefutable. Lo que es imposible para el resto del mundo entender es que puto en español mexicano no tiene una traducción a otro idioma. No significa faggot, ni lleva la misma carga discriminatoria que nigger en inglés. Una cosa es saber el idioma español y otra cosa totalmente distinta es entender la cultura mexicana.
No estoy seguro de cómo me siento sobre las amenazas de FIFA de castigar a la selección mexicana porque sus aficionados en México y Estados Unidos, donde también es el equipo nacional más popular, gritan puto a sus adversarios en los estadios. Sé que el señalar puntos de vista a favor y en contra solo va a enfurecer tanto a quienes quieren cancelar esa tradición como a quienes la defienden, pero a todos nos viene bien el tratar de entender ambos lados del argumento.
Debería ser suficiente motivo para dejar de hacer algo que realmente no nos aporta valor el hecho que ofende a otras personas, sea la palabra que sea y seamos sinceros, aunque tenga un uso casi universal y sea casualmente tolerado en nuestra cultura, es una palabra dolorosa para los homosexuales. Por el otro lado, la carrilla y la burla son tan mexicanas como la tortilla y el nopal; todos los mexicanos tenemos alguna tolerancia para aguantar y gusto por echar la guasa; y es evidente que cuando la afición grita ¡Puto! no lo hace porque el rival sea homosexual.
Curiosamente, no me molestaría y probablemente apoyaría, que la Federación Mexicana de Fútbol hubiera tenido la iniciativa independiente de parar en seco el uso de la palabra, incluso si las consecuencias fueran las mismas con las que amenaza FIFA de cerrar las puertas de los estadios a espectadores, tachar a la selección de futuros mundiales si continúa el comportamiento e incluso revocar el derecho de ser co-anfitriones de la Copa Mundial en 2026. Lo que no me asienta bien es que la iniciativa venga de extranjeros que están poniendo en juicio una costumbre que no entienden.
No nos hagamos tontos, cuando decimos puto, en cualquier contexto, lo que realmente estamos diciendo es “qué nefasto es ser homosexual”. Puede significar cobarde, puede significar mala onda, puede tener alguna connotación de impúdico, vicioso o simplemente femenino – pero en todos sus usos estamos diciendo que ser homosexual es malo.
También entiendo que cambiar un comportamiento tan arraigado es casi imposible y las razones para imponer el cambio en vez de promoverlo, pero no sé de qué sirve sacarlo a la fuerza del estadio si no es por las razones correctas. En fin, qué puto eres si necesitas hacer de menos a los homosexuales para identificarte a ti mismo… Y si vas al estadio y dejas de gritar puto por miedo a que la FIFA nos sancione... Igual.
Es una palabra que debemos quitar de nuestro léxico por respeto y tolerancia, no porque autoridades de otros países nos obliguen. _
Juan María Naveja Diebold