Política

Crisis de identidad

  • Columna de Juan María Naveja Diebold
  • Crisis de identidad
  • Juan María Naveja Diebold

Al construir un puente conectas dos lugares, pero no necesariamente a sus habitantes. Estamos conscientes que la comunicación avanza más rápido que la asimilación sociocultural, pero no tenemos cómo corregirlo. Es irreal creer que podemos cortar las conexiones, la gente se comunica, viaja, migra, se interesa por lo desconocido y al mismo tiempo, no se adapta fácilmente. Es una lucha, de costumbres, intereses económicos, y muchas veces es difícil encontrar el beneficio común.

El lunes se registró el más reciente ataque terrorista en Europa, esta vez en Viena, un atacante asesinó a cuatro inocentes e hirió gravemente a 15 más sin orden ni razón aparente. El Estado Islámico, ISIS, se acreditó el atentado y el ejecutor resultó ser un ciudadano austriaco por nacimiento de origen macedonio, recientemente había salido de la cárcel donde se encontraba por tratar de hacer contacto con ISIS y se ha arrestado a una docena de sospechosos en Austria y dos en Suiza.

Desafortunados eventos como este hacen realidad los peores miedos de los europeos sobre la migración árabe. Es muy difícil enfrentar las crisis humanitarias que apelan a naciones más desarrolladas a apoyar a otras en urgentes dificultades cuando no se espera una asimilación viable.

Al momento de escribir esta nota, la elección presidencial de los Estados Unidos sigue incierta, pero es evidente que una de las “sorpresas” que resultaron en una contienda más reñida de lo esperado fue el apoyo al presidente Trump de ciertos grupos étnicos, cubano-americanos, venezolanos, latinos en general y hombres negros.

Para los que no están familiarizados con el contexto racial en Estados Unidos les puede sorprender que Trump goce de apoyo entre hombres negros a pesar de ser ampliamente considerado racista. El supuesto que lo explica es que los hombres negros favorecen a un candidato que aparentemente se muestre duro con la aplicación de la ley porque sufren de la criminalidad de miembros de su propio grupo étnico.

Muchos de los cubanos y venezolanos, como los judíos, tienden a votar con base en la política exterior que el candidato tenga hacia sus respectivos países de origen, pero en el caso de la contienda actual, en la que Trump y su oponente, Biden, no difieren en el trato a esas naciones y Trump ha maltratado a todos los inmigrantes, a veces con énfasis en los hispanos, hay algo más de por medio. Los cubanos y venezolanos se ven a sí mismos como europeos blancos. Por eso, los hispanos de Miami le dieron el triunfo a Trump en Florida a pesar de que Biden tuvo mejores resultados que los demócratas habían tenido en 2016 en todos los otros condados.

En un mundo globalizado es muy difícil alinear nuestra identidad, depende de nuestra crianza, aspecto físico, lo que queremos de nosotros mismos y, desafortunadamente, de cómo nos ven los demás. Los cubanos y venezolanos no se identifican con el resto de los hispanos en Estados Unidos, aunque sean vistos así por los demás. Los musulmanes nacidos en Europa no se han asimilado culturalmente, a pesar de que millones siguen pidiendo refugio en el continente. La frontera de México está en riesgo de generar una gran crisis humanitaria con los migrantes de todo Latinoamérica a causa de la política de hacinarlos al otro lado del Río Bravo en lugar de remitirlos a sus países de origen. Muchos no pertenecemos al lugar donde estamos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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