Complicado compromiso tiene Santos al acudir a la cueva del Tigre. Este equipo regiomontano está adelantado mejor que los Rayados.
La incómoda comparación es como entregarle las llaves del reino a uno de los dos.
Las preferencias se deben dar. Ambos equipos se esmeran por destacar, compiten entre ellos de manera directa hasta sin darse cuenta.
Lo que hacen los azules lo imitan los amarillos con otro nombre pero lo hacen. A Santos le tocó la no sana fortuna de medirse a ambos estando muy cercanas las fechas; y a ambos en la casa de ellos.
Aquí es donde debemos reparar el hecho de la no fortuna. Siempre es complicado ir de visita, contra quien sea. Pero ambos regios tienen un encanto desolador ante todos.
Las llaves del Nuevo Reino de León se las disputan entre ellos. Siguen vivos en su afán por destacar.
Los Azules ya tuvieron su primer fracaso sensible y apenas se dieron cuenta. Dicen que van a seguir trabajando. Sólo eso les faltaba, que ya no trabajaran.
Los Rayados con su nueva estrella española ya tienen excusa para arrepentirse de haberlo traído sin echarle la culpa a que tuvieron que ser educados con Shakira y cederle el espacio para que ella ganara y ellos perdieran. Esta simple reflexión tiene su modo avión.
¿La organización rayada ganó mucho contra lo que perdió al ser eliminada? Las cuentas pueden salir al revés.
Pero se dieron el lujo de tener a la colombiana muy cerca de ellos versus escapar de las intrigas de un torneo de nuestra zona que bien puede ser una segunda parte complicada de nuestra propia competencia.
Los azules no recibieron la bendición de la realeza para seguir de pie. Los amarillos tienen el campo abierto para sacar ventaja ante los que viven en el mismo barrio.
Compararlos es sano para divertirnos pero también para obligarnos a reflexionar que tener mucho dinero y gastarlo mal no ayuda.
Si los amarillos despidieron a su entrenador en este semestre; los azules deben hacer lo mismo.
No hay otra opción porque se dedican a imitarse. Les encanta.
