La integración de las fórmulas y las planillas ganadoras en la elección 1995, la primera que el Ietam organizó, revela lo “sencillo” que era conformarlas, pues no existían ni cláusulas de género ni medidas afirmativas, mucho menos revisiones para dejar fuera de la contienda, a las candidaturas relacionadas con la diversidad de violencias contra las mujeres.
Hace 29 años, el 83.7% de los cargos propietarios (presidencias, sindicaturas y regidurías) de las planillas ganadoras en Nuevo Laredo, Reynosa, Victoria, Matamoros, Río Bravo, El Mante, Altamira, Tampico y Madero, fueron para hombres, destacando que, en estos nueve municipios, Mónica García Velázquez y Romana Flores Rivera ganaron la alcaldía.
En el caso de las fórmulas ganadoras, en los 19 distritos electorales, el 84.2% de las curules fueron ocupadas por diputados, destacando la llegada de Doris Hernández Ochoa y Dolores Salomón Villanueva a la LXVI Legislatura.
Ahora, para la integración de planillas y fórmulas, los partidos políticos tienen que cumplir una serie de disposiciones constitucionales y legales, que serán revisadas por el Ietam antes de registrarlas.
Verbigracias, la paridad de género vertical en la integración de las planillas y los bloques de competitividad, para evitar que las mujeres candidatas sean colocadas en municipios perdedores.
También deben tener cuidado en la integración de las listas de diputaciones de representación proporcional, alternando el género en la posición número uno y de manera vertical, así como observando la paridad en las fórmulas por el principio de mayoría relativa.
Las acciones afirmativas para jóvenes (18 a 29 años), personas mayores (60 años y más), personas con discapacidad, personas afromexicanas, migrantes y para las personas de la diversidad sexual, que conforman el universo de los grupos en situación de vulnerabilidad, deben ser observadas puntualmente por el PAN, MC, Morena y demás partidos políticos.
Finalmente, para obtener su registro, las candidaturas deben pasar la aduana del artículo 38, fracción VII de la Carta Magna, relacionado con la tipología de violencias contra las mujeres.
Nuevas exigencias para mejorar la calidad de la representación política y de nuestra democracia.