Cuentas. La Liguilla volvió a cobrar una pieza mayor: el líder, el favorito, el América, un equipo arrasador, deja hueca una espectacular temporada regular. Pero es precisamente la regularidad, lo que menos rentabilidad ofrece en las Liguillas: una catafixia que entretiene a los que quedaron fuera ofrece esperanza a los que entraron por una rendija y afila los colmillos de los equipos más hambrientos. ¿En un año recordaremos a este América? Sin duda, y deberíamos recordarlo bien, porque se trata de un cuadro que dominó a casi todos sus rivales con gran facilidad: la estadística dará cuenta de ello. Otra cosa muy distinta es que recordemos a este América durante muchos años más, esa clase de recuerdo solo está alcance de los campeones, se llama memoria, de eso da cuenta la historia.
Meta. Sergio Pérez cruzará esta semana uno de los puntos más altos de su carrera cuando el piloto, corriendo en su pista y con su gente, enloquezca al Autódromo Hermanos Rodríguez poniendo de cabeza el Gran Premio de México: Checo, amplio favorito, llevará al automovilismo mexicano a un lugar inolvidable, alcanzando el mismo espacio y dimensión que Pedro y Ricardo Rodríguez. Una victoria de Pérez en nuestro país es el tipo de hazañas que el deporte mexicano ha esperado mucho tiempo, algunos de nosotros, ni siquiera lo habíamos imaginado. Falta esperar que Red Bull elija bien, no se equivoque, y deje la estrategia en manos de la afición mexicana que lanzará a su piloto a la victoria.
Fecha. El próximo domingo habrá un campeón, festejará, desfilará, compartirá portadas, protagonizará resúmenes y alterará las redes durante 24 horas; al día siguiente, no se hablará de otra cosa que del Mundial. El final de Liga marca la verdadera cuenta regresiva. Parece mentira que estemos tan cerca de la Copa del Mundo más lejana de la historia: la espera de Qatar 2022 ha sido agotadora, lenta, aburrida y escandalosa. Me atrevo a pensar que hemos sufrido el peor premundial de todos los tiempos, pero algo me dice que veremos uno de los campeonatos más espectaculares en todos los sentidos. La expectativa es mayúscula, la inversión monumental y las facilidades para el organizador absolutas. Viene lo mejor.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo