Ningún equipo en su historia ha tenido tanta difusión y cobertura como el Club América; ha sido el bulbo, el transistor, la antena, el cable, el microchip, el satélite y la fibra óptica de la televisión mexicana; pero ningún otro equipo podría soportar la presión que tanta promoción representa manteniéndose siempre como protagonista.
El América entiende como nadie el papel que interpreta en el futbol siendo parte del mundo del entretenimiento: héroe, villano y ganador; este equipo es una súper estrella.
Pachuca es la cuna del futbol mexicano, pero también es su cantera, su Universidad, su clínica, su compromiso social, su Salón de la Fama, su centro interactivo y su inigualable emprendedor. Pachuca también significa títulos nacionales, campeonatos internacionales, estilo de juego, cultura deportiva, fe y desarrollo humano. La época moderna del futbol mexicano arranca con el modelo integral de los Tuzos; a partir de ellos, nadie volvió a ver este deporte de la misma manera: Pachuca cambió el juego.
Monterrey fue durante décadas la última frontera del futbol mexicano, esa condición territorial, le aisló durante algún tiempo del centro del campeonato. Pero su enorme poderío, su gigantesca afición y su profundo tejido empresarial, fueron absorbiendo a la Liga hasta tenerla en la palma de una mano: la pregunta no es qué tan cerca está Monterrey de los históricos, sino qué tan lejos de Rayados se quedaron algunos de ellos.
Atrincherada en la altura, Toluca es una de las grandes cumbres de nuestro futbol. Viejo y sabio montañés, defiende las tradiciones que le convirtieron en uno de las instituciones más respetables del futbol mexicano y mantiene el espíritu que le coloca entre los equipos más competitivos de la Liga. Es un Club que conoce muy bien su pasado, aprecia la historia y valora su herencia familiar. El problema no es cómo subir a Toluca, sino cómo bajar de la Bombonera.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo