Liberar la Liga. La Liga de Expansión es un torneo que crece de un lado a otro, pero no lo hace de abajo hacia arriba: se extiende, no asciende. Su brillante campeón, un clásico al que se le sigue extrañando, define con exactitud lo que pasa en ese futbol al que le han dado el derecho de transmisión, el derecho de comercialización y el derecho de afiliación, pero no el derecho de subir. El Atlante resiste este olvido con un campeonato que sus aficionados recordarán como un título coleccionable: lo guardará en sus vitrinas esperando que algún día llegue esa carta de libertad que le permita salir de ahí: como todos los equipos de esta Liga, lo que Atlante quería no era un trofeo, sino un papel.
Entregar la lista. Después de interminables giras, largas eliminatorias, tediosos amistosos, pesados viajes y muchas convocatorias, no se sabe si la lista es el principio, o el final. En cualquier caso, con este papel escrito a mano entregado por el entrenador, se cierra otro ciclo mundialista al que lo único que le falta es salir a jugar de verdad. A esta Selección, oficialmente la Selección de Martino, se le recordará por lo que pase en las próximas semanas, no por lo que pasó en los últimos cuatro años. No es momento para sacar conclusiones, sino para disfrutar todas las emociones que vendrán: México, como todas las selecciones en Qatar 2022, también arranca de cero, vuelve a empezar.
Firmar la declaración. Al finalizar la carrera en Brasil, Sergio Pérez rebasó a su compañero de equipo con unas palabras vertiginosas: “No sé qué pasó, después de todo lo que he hecho por él, si tiene dos campeonatos, es gracias a mí”. Verstappen, virtual campeón del mundo, negó puntos a su equipo y escatimó a Pérez la oportunidad de sumarlos a su lucha por el subcampeonato al impedirle adelantarle y no cederle la posición. Algo se ha roto en Red Bull y no es la caja de velocidades. Checo logró hacernos ver durante las últimas temporadas que la egoísta, individualista e independentista F1, es un deporte de equipo. El piloto mexicano ha firmado esta declaración con la misma valentía con la que ha firmado cada carrera en una escudería donde interpreta el papel del deportista, no del protagonista.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo