El Sevilla se convirtió en un parámetro para medir el rendimiento del futbol. Los jugadores que triunfan en este equipo o las organizaciones que consiguen vencerlo pasan al siguiente nivel. Por encima suyo están los 10 grandes y por debajo los demás.
Cuando un futbolista aspira a jugar en Europa, una de las preguntas que hace el mercado para valorar su posición es: ¿Tiene nivel para jugar en Sevilla o debe empezar más abajo? Con el Guadalquivir como viejo punto de referencia en el comercio, su equipo funciona como desembocadura del futbol europeo. Creador de uno de los sistemas de visoria más completos en la historia del juego, se apoya en un telescopio en la búsqueda de estrellas y apunta con un microscopio para desarrollar nuevos valores.
Es muy probable que el Sevilla F.C., como en el antiguo Archivo General de Indias, posea la mayor cantidad de información del futbol moderno. Sus ojeadores tienen peinados los cinco continentes: si empieza a destacar un futbolista angoleño, argelino, argentino, armenio, australiano, belga, boliviano, bosnio, brasileño, búlgaro, camerunés, chileno, chino, chipriota, colombiano, coreano, croata o danés, por ir en orden alfabético, su central de información ya conoce su código postal, análisis estadístico, estudios clínicos, trayectoria amateur, entorno social, mejores goles, jugadas más relevantes, movimientos, carácter, virtudes y defectos del jugador.
Y cuando se trata de un futbolista que juega en ligas de la periferia europea, el Sevilla posee los análisis cuantitativos y cualitativos más fiables del mercado. Analizados todos los datos, ficha o descarta en función de factores deportivos y valores económicos ajustados a su realidad. Entiende el futbol como rendimiento e inversión.
Eliminado el Wolverhampton de Jiménez, la pregunta es: triunfará en un equipo del Sevilla para arriba o debe continuar en uno del Sevilla para abajo.