Elegir al mejor equipo en la historia del futbol es una tarea para especialistas e historiadores: el especialista elegirá su equipo en función de valores técnicos que producen resultados y el historiador lo hará en relación al tiempo que provoca recuerdos. ¿Cuál es el equipo que más gente recuerda?, se preguntará el historiador; y ¿cuál es el equipo que mejor ha jugado?, debe preguntarse el especialista.
En ambos casos, existen tres equipos que a través del juego y la historia ganaron tantos títulos y gustaron a tanta gente al mismo tiempo: el Brasil de Pelé, el Milán de Sacchi, Gullit, Rijkaard y Van Basten y el Barcelona de Guardiola y Messi.
Como no soy especialista, ni historiador, me quedo con el único de los tres que pude ver en vivo, muchas veces y durante un buen tiempo: el Barça del 2008 al 2012, ganador de 14 títulos y poseedor absoluto del balón.
Esa época, la mejor he visto sobre un campo de futbol, tuvo su mejor tarde el 28 de mayo del 2011 en el Estadio de Wembley. Sentado ahí supe que había visto el mejor futbol del mejor equipo. Salimos del estadio asumiendo que pasarían muchos años, probablemente décadas, para ver algo igual. Lo que nunca supe es si aquellos jugadores que vencieron 3-1 al United en la Final de Champions, se dieron cuenta que esa tarde jugaron el mejor futbol de la historia.
El destino, que no forma parte del tiempo, pero conspira con él, se encargó de aquel inolvidable cuadro con los años: Valdés no volvió a ser visto, a Puyol lo retiraron sus lesiones, a Piqué sus decisiones y a Dani Alves la policía; Mascherano regresó a su casa, Abidal sobrevivió al cáncer, Iniesta se exilió en Japón, Pedrito se perdió y Villa nunca volvió de Nueva York; Messi se largó y ganó el Mundial, Xavi volvió, pero no ha ganado nada, Guardiola sigue sin ganar la Champions y Busquets, el último en salir de esta gran historia, cerró la puerta del mejor equipo antier.