Vencer al actual Bayern Múnich en condiciones oficiales requiere un esfuerzo demoledor para los grandes equipos de futbol. En el último año, muy pocos lo consiguieron. Ganó la Champions del 2020 sin perder un partido y se mantiene invicto en la actual. Con seis títulos en una temporada: Bundesliga, Copa Alemana, Champions League, Supercopa de Europa, Supercopa Alemana y Mundial de Clubes; podemos considerar a este equipo como una de las mejores versiones del Bayern en su historia. Es, sin ninguna duda, el mejor equipo del mundo.
Para llegar a estos niveles se necesitan años de competencia europea. La gloria mundial no se gana en una noche, hacen falta mil y una noches para alcanzarla. El éxito de Tigres no puede medirse en función de un partido contra este mítico Bayern, sino en lo que, durante una época prodigiosa, han conseguido como institución. Tigres no iba a convertirse en el mejor equipo del mundo ganando el Mundial de Clubes, lo que sí confirmó, es que puede ser considerado como el mejor equipo de nuestro continente. Esa denominación es un éxito rotundo para Tigres y para el futbol mexicano, que lo obliga a mantenerse como uno de los principales ejes de la competencia.
Esta posición de liderazgo, como en el caso del Bayern, es producto de muchos años de trabajo con rumbo fijo. Por eso es fundamental que clubes como Tigres, jueguen, compitan, dominen y ganen la Copa Libertadores de América. De la misma manera será fundamental que, en un futuro no muy lejano, el futbol continental consiga unificar un campeón que nos represente a todos.
De acuerdo con la estrategia de FIFA para los próximos años, el Mundial de Clubes se jugará con menor frecuencia, pero con mayor participación por continente, volviéndose uno de los torneos más esperados por la industria del futbol. Mientras eso sucede, Tigres y los equipos mexicanos deben lanzarse a la conquista de América.