Chispas, rayos y centellas.
Entorilado, un Red Bull se detuvo en la pista mientras miles de caballos de potencia inauguraban en estampida la temporada de Fórmula 1. El fallo del sistema electrónico que impidió a Sergio Pérez arrancar con garantías, fue solucionado con un detalle mágico: la chispa del piloto. A partir de ese momento, rayos y centellas: bestia y domador fueron uno mismo. Por los circuitos de la máquina empezó a correr el espíritu del mexicano que haciendo “push”, le dio vida a un montón de fierros. El resto de la carrera fue el típico espectáculo de Pérez: reseteo, rebase y remontada. Entre el último y el quinto puesto, donde terminó, volvió a escribirse un corrido: “Era el valiente Pérez, un corredor que siempre venía de atrás”.
Libertad de selección.
Muy pocas selecciones se atreven a desafiar el poder de FIFA; podemos decirlo de otra manera: hay selecciones sin las que FIFA, no tendría ninguna fuerza. La alemana es una de ellas. Uniformada en nombre de los derechos humanos, Alemania salió al campo encabezando una protesta a la que se sumaron Noruega, Holanda y Dinamarca. La manifestación política de una selección nacional en las narices de FIFA era una situación desconocida por todos, lo conocido era la causa: los obreros que construyen los estadios del próximo Mundial en Qatar, lo hacen bajo condiciones inhumanas. Ante la protesta, FIFA fijó su postura: “Somos respetuosos de la libertad de expresión...”. Lo que no sabemos, es si tiene la misma postura acerca de la libertad catarí para explotar trabajadores migrantes.
Hay selecciones sin las que FIFA, no tendría ninguna fuerza. La alemana es una de ellas
Dragón Rojo.
Gales, una pequeña nación celta cuya arraigada identidad y milenaria cultura han sido un enorme fastidio para el imperio británico, obtuvo el fin de semana un triunfo que le confirma como uno de los mejores equipos de la última década. Esta clase de victorias son las que mantienen intacto el orgullo de los galeses. Vencer a las grandes potencias de un deporte tan duro y competitivo, no es algo al alcance de cualquiera. Los triunfos frente a Irlanda, Escocia, Inglaterra e Italia, dieron a Gales su cuarto título del Seis Naciones de Rugby en diez años. La grandeza del Dragón Rojo, nada tiene que ver con el futbol.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo