Cómo organizar un Mundial de Clubes con 24 equipos, y cuándo hacerlo, son cuestiones que deberá negociar con UEFA la FIFA, que pretende incrementar sus ingresos más allá del futbol de selecciones nacionales.
No habrá fecha establecida, ni formato de calificación, ni competencia que ofrezca garantías, mientras no exista un profundo análisis del organismo europeo acerca del posible el impacto que pueda tener en Champions, la intención de FIFA por entrar al negocio de un territorio rico, único y privado.
En paralelo, la UEFA tampoco ha definido el futuro ideal de sus competiciones, al no haber unanimidad entre los principales clubes acerca de la cantidad y distribución de sus ingresos. El resto de las confederaciones esperan que haya acuerdo entre la dueña del Mundial y la dueña de la Champions, para ser parte del negocio.
Por primera vez en mucho tiempo, el poder está en las grandes marcas del futbol y no en sus organismos. FIFA tiene la capacidad y el aval para explotar comercialmente selecciones como Brasil, Italia, Alemania, Inglaterra, Argentina, Uruguay, México, Francia o cualquiera que participe en sus torneos oficiales, incluidos los de UEFA, pero no tiene, salvo la regulación que ofrece el propio juego, ningún derecho sobre Real Madrid, Barcelona, Milán, Juventus, United, City, Liverpool, Bayern, PSG, River, Boca, Flamengo, Sao Paulo o cualquier equipo que participe en torneos continentales.
Si comparamos lo que vale y produce Real Madrid, con lo que produce y vale la selección española, la diferencia es inmensa: en audiencias, penetración de mercados, ingresos y activos comerciales. Sucede lo mismo con los clubes ingleses e italianos, no tanto con los alemanes, menos con los franceses y cada vez menos con los argentinos y brasileños en relación a sus selecciones.
¿Cuánto puede valer un Mundial de Clubes con estas dimensiones? La respuesta es la clave de todo.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo