Si desde hace mucho se nos había señalado de que en cualquier momento podría haber un apagón mundial, lo que se vivó el pasado sábado 19 de julio fue quizás el preámbulo de esa predicción con el cese informático: 8.5 millones de computadoras afectadas, según la empresa Microsoft. Las fallas en los sistemas de software colapsaron de repente y se pudo comprobar lo frágil que resulta ese poderoso monstruo llamado internet. Solo esperamos que nunca llegue ese corte que nos dejaría en la más profunda de las confusiones.
Porque pese a todo,la dependencia de vivir conectados a la red puede parecer un lugar común pero es una verdad absoluta. En realidad son muy pocas las personas que están libres de esas ataduras voluntarias que nos hacen pertenecer a la época en que vivimos. Su decisión de no usar celular o cualquier instrumento cibernético causan desconcierto pero se respeta.
Greg Kirby, barbero, 29 años; y Liberty Aery, estilista 24, residentes de Norfolk, Inglaterra, son una pareja que además de darle la espalda a todo lo que signifique tecnología actual, viven en la década de los cuarenta del siglo pasado. Al más puro estilo vintage son su vestimenta, el interior de su hermosa casa y el jeep americano en que se desplazan.
Para quienes los han visitado aseguran que es una maravillosa experiencia, porque es como viajar al pasado sin utilizar una máquina del tiempo. Hasta los más mínimos detalles saltan a la vista como parte de ese periodo histórico. Asimismo, la pareja lleva una rutina muy sencilla, asisten al trabajo sin prisas y disfrutan más estar juntos.
Este excéntrico estilo de vida lo refieren como un homenaje a sus abuelos, aunque eso nadie les cree. Es quizás de un acto de rebeldía al romper con todo lo que signifique modernidad: las reglas del sistema económico (consumismo) y social (formas de convivencia). O también tratarse de una búsqueda espiritual representada por un pasado idílico, pasando por alto que al principio de esos años Inglaterra sufría por la Segunda Guerra Mundial. En fin, mientras sean noticia deberán disfrutarlo, y nos guste o no, son un ejemplo de que sí es posible vivir desconectado de Internet.
