El cartujo vuelve a las páginas de El cerebro de mi hermano (Seix Barral, 2013), de Rafael Pérez Gay, entrañable “informe” sobre la enfermedad, la muerte y los vaivenes del amor fraterno, a veces astillado por cuestiones tan veleidosas como la política. En una escena, Rafael le dice a su hermano mayor, José María, escritor, experto en literatura alemana, parte del círculo más cercano de AMLO: “Guillermo Sheridan te ha exhibido”. La respuesta es áspera: “Me ataca por mis posturas políticas, porque es un furioso antilopezobradorista, un hombre de derecha”. Sheridan no lo exhibió por eso —le replica Rafael— sino por haber plagiado un texto del alemán publicado en Wikipedia, algo inexplicable en alguien con su talento y conocimientos. Después de escucharlo, José María admite: “Cometí un error”.
Lejos de la elegancia de José María, de quien el monje atesora, entre otros libros, El imperio perdido (Cal y arena, 1991), al mostrarse (en la revista etcétera y el periódico El País) la existencia de párrafos plagiados en su informe de actividades profesionales con el cual se recibió como ingeniera por la UNAM, Xóchitl Gálvez aceptó sin ambages: “Pues sí, la pendejeé”. En un video difundido en redes sociales dijo también: si la falta es tan grave como “para anular mi título, acataré la decisión de mi querida UNAM y volveré a presentar un nuevo trabajo para
titularme”.
El serio error de Xóchitl, como era previsible, ha alimentado la hoguera de la 4T. En Chiapas, Claudia Sheinbaum, rasgándose las vestiduras, dijo: “nosotros no mentimos, tampoco plagiamos”. ¿Quiénes están en ese “nosotros”? Tal vez, a veces sucede, Sheinbaum ignora las denuncias de plagio en contra de una ministra de la Suprema Corte simpatizante de Morena, del fiscal general de la República, del vocero de la Presidencia y de la flamante gobernadora del Estado de México. Ahí están las pruebas documentales, inútiles ante el avasallador discurso de un régimen en el cual todo se perdona, menos la desobediencia. Si Xóchitl, a quien nadie pretende exculpar de nada, fuera dócil y perteneciera a la 4T, otra sería su suerte.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.