De acuerdo con el portal español Salud Blogs Mapfre, “los traumatismos son las lesiones que se producen a causa de una fuerza externa que agrede de manera violenta contra el cuerpo…”. Puede ser una caída, una contusión o un impacto por otro cuerpo en movimiento, entre otras.
¿Pueden los traumatismos en la cabeza cambiar la personalidad de un individuo al grado de volverlo violento y, a la postre, asesino? Parece que sí.
En 1984, los residentes de Tampa, Florida, señalaban que un hombre lobo se paseaba por las calles oscuras en busca de víctimas. Hasta ese momento, las autoridades contabilizaban diez mujeres violadas y asesinadas. Los ataques ocurrían, invariablemente, cada mes, cada nuevo ciclo de Luna llena.
El asesino, Bobby Joe Long, fue detenido después de que liberó a Lisa McVey de 17 años, quien no se salvó de sufrir abusos en repetidas ocasiones. La adolescente proporcionó la información que la policía necesitaba para detener al asesino.
Long tenía algunos problemas físicos, entre ellos haber nacido con un cromosoma X de más, lo que ocasionaba que produjera estrógenos en exceso, por eso tenía algunos rasgos femeninos, como crecimiento de los pechos y dolores menstruales.
De niño, Long había sufrido diversas lesiones en la cabeza y después un accidente en moto le causó un traumatismo craneoencefálico que le provocó serias secuelas de irascibilidad y aumento de la libido. Para él era imposible contener sus deseos sexuales, por lo que encontró atractivo el acto de violar y el sadismo que ejercía al momento de matar.
En otro caso, Richard Ramírez, El Acosador Nocturno, tuvo una infancia difícil y solitaria. Fue abusado sexualmente a una edad temprana, atestiguó un asesinato a mansalva, además de sufrir diversas contusiones en la cabeza. Sin embargo, al parecer, el golpe que cambió todo fue un columpio que lo noqueó y lo llevó al hospital por varios días.
Después de imponer el terror en la ciudad de Los Ángeles en los años 1984 y 1985, Ramírez fue acusado de catorce asesinatos de hombres y mujeres, cinco intentos de asesinato, nueve violaciones (entre ellas dos a menores), dos secuestros, cuatro actos de sodomía, dos felaciones forzadas, cinco robos y catorce allanamientos de morada.
