Joe Ball existió, no se trata de un personaje del folclore de Texas, como muchos han insinuado. El Carnicero de Elmendorf fue un asesino en serie, quien en los años 30 del siglo XX acabó con la vida de unas 20 mujeres.
En el caso de Ball no solo asombra la cifra de víctimas que alcanzó, sino que es más impactante la forma en la que dispuso de los cuerpos de varias de ellas: arrojándolas a un estanque artificial que construyó en la parte posterior de su salón, el Sociable Inn, donde tenía de mascotas a cinco lagartos.
El 24 de septiembre de 1938, gracias a varios reportes de personas que habían atestiguado las atrocidades cometidas por el peculiar individuo, los Rangers irrumpieron en el Sociable Inn. Mientras realizaban el registro del estanque, Ball desenfundó una pistola y se pegó un tiro en la cabeza. Al parecer, los saurios fueron donados al Zoológico de San Antonio.
La historia de los lagartos de Joe Ball ha quitado el sueño a muchas generaciones dentro y fuera de Estados Unidos. Pocas muertes se adivinan más dolorosas que la de ser triturado por unas fauces que no han evolucionado en miles de años.
Con variantes de por medio, la saga del estanque en la que espera impaciente una fauna hambrienta se ha repetido, esta vez en Bangkok, capital de Tailandia.
En esta semana que termina, la policía tailandesa dio a conocer la detención de Apichai Ongwisit, de 40 años, luego de que familiares de Warinthorn Chaiyachet, de 22 años, novia del individuo, denunciaron ante las autoridades su desaparición.
Ongwisit señaló que Chaiyachet lo visitó en su casa para comunicarle que deseaba terminar la relación amorosa que sostenían. Ongwisit, “increíblemente celoso”, decidió asesinarla, por lo que metió el cuerpo de la joven en una caja metálica con el propósito de asfixiarla.
El intento falló. Ongwisit puso en marcha su plan b: amarró varios objetos pesados al cuerpo de Chaiyachet y lo lanzó al estanque ubicado en la parte posterior de la propiedad del asesino, quien, por cierto, es hijo de un multimillonario que en 1983 fue arrestado por asesinar y descuartizar a una adolescente de 15 años.
Un equipo de buzos se introdujo en el estanque, y además de hallar un esqueleto completo, recuperó casi 300 huesos de los que se ignora de momento a cuántas personas (todas mujeres, al parecer) pertenecen.
Una vez que se supo que en el estanque de Ongwisit puede haber más restos, familiares de mujeres desaparecidas han visitado las oficinas de la policía a conocer más detalles del caso. Un matrimonio acudió porque cree que su hija, que desapareció cuando tenía 12 años, murió en manos del sospechoso.
Los vecinos explicaron que, desde julio pasado, Ongwisit comenzó a comprar fauna carnívora para su estanque. En especial adquirió varios peces lagarto (catanes o pejelagartos) con la idea de que las mandíbulas de este animal dispusieran de los cuerpos arrojados al estanque.
La policía local ha anunciado que drenará el estanque en busca de evidencia vinculada al menos a tres jóvenes desaparecidas, incluida la adolescente de 12 años.
Trescientos huesos… La gente se pregunta, ¿a cuántas víctimas pertenecen? Por lo pronto, los medios han bautizado a Apichai Ongwisit el Ted Bundy Tailandés, pues se especula que el criminal acabó con la vida de más de 30 mujeres.
@compalobo
