Policía

Carta a la señora Budd

En 1924, una serie de desapariciones de niños alertó a la ciudad de Nueva York. Por ejemplo, Francis McDonnell, de ocho años, jugaba pelota frente a su madre, quien observaba a un anciano parado a mitad de la calle que abría y cerraba los puños compulsivamente.

La mujer ordenó a su hijo que se metiera a la casa. Por la tarde, el niño salió a la calle por última vez. Sus compañeritos de juegos indicaron haber visto a Francis cuando caminaba de la mano de un anciano hacia el bosque.

El 11 de febrero de 1927, dos niños se “perdieron” mientras jugaban en la calle. Tras una búsqueda exhaustiva, familiares y voluntarios encontraron en la azotea de un edificio a uno de ellos, de tres años. Del otro, Billy Gaffney, de cuatro años, tiempo después se conoció su ominoso destino.

El 25 de mayo de 1928, Edward Budd, de 18 años, colocó un anuncio en la edición dominical del periódico New York World. Deseaba encontrar empleo y contribuir al gasto familiar.

Al día siguiente, Frank Howard, un granjero de la tercera edad, se presentó a la casa de los Budd para conocer al joven del anuncio. Le ofreció un salario de 15 dólares y señaló que pasaría el domingo siguiente por él.

El día acordado, Frank Howard apareció con un postre en las manos. La señora Delia Budd sirvió el almuerzo. Minutos después entró al departamento Grace, de 10 años, la hija menor de la familia Budd.

El viejo se ganó la confianza de los presentes y se despidió, pues debía asistir a la fiesta de una de sus nietas. Ya en la puerta, el granjero preguntó a la señora Budd si autorizaría que Grace lo acompañara.

El entusiasmo de la niña y la mirada complaciente del padre convencieron a la señora Delia. Fue la última vez que los Budd y el mundo vieron a Grace.

En noviembre de 1934, la señora Budd recibió una carta del falso granjero, quien explicaba cómo había adquirido el gusto por la carne humana y cuál había sido el destino de Grace.

Indicó que había sacrificado a la niña en una casa vacía de Westchester, donde la cocinó al horno. Indicó que tardó en devorarla varios días y que nunca abusó sexualmente de ella.

El matasellos de la misiva condujo a la detención del caníbal, cuyo nombre era Albert Fish, quien confesó varios asesinatos de niños. Dijo que dejaran de buscar al menor Billy Gaffney, pues, al igual que Grace, fue cocinado y devorado.

Esa misma carta colocó a Fish en la silla eléctrica el 16 de enero de 1936.


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José Luis Durán King
  • José Luis Durán King
  • [email protected]
  • Periodista; estudió en Historia en la UNAM y desde hace más de 20 años escribe la columna de periodismo negro “Vidas Ejemplares” en Notivox los jueves cada 15 días. Autor de los libros Gentiles caballeros del terror, Vidas ejemplares. Asesinos en serie y De la región al mundo.
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