La tercera presentación de Santos Laguna en el torneo de Apertura 2018, el próximo domingo frente a Puebla, tiene la complejidad de eliminar el caos en el que terminó el equipo tras la derrota en Morelia.
Un equipo se arma de atrás para adelante y, en este momento, la zona defensiva albiverde es un desorden.
El capitán José Abella dio una muestra del primer y fundamental problema que tiene la línea que integran Alcoba, Nervo, Angulo y el propio Abella; no se hablan.
Cuando José Javier mandó al tiro de esquina una pelota centrada a segundo poste, sin ningún jugador de Morelia alrededor, se volteó y con una seña con la mano derecha les pidió que le hablaran.
Es evidente que al llegar la jornada 3 del torneo Apertura, Santos Laguna sigue en etapa de conformación y ese es un punto débil que detectan y explotan los rivales; lo hizo Lobos BUAP sin resultado positivo para ellos, en contraste, Monarcas Morelia explotó esas debilidades y ganó.
Al equipo Santos Laguna no se le pide traicionar una idea de juego, se le pide adaptarse con los jugadores que tiene y con los que se pueden contar.
La decisión de dejar en la banca a Jonathan Orozco es un paso que debe dar seguimiento a otras decisiones como poner en el mismo lugar a Osvaldo Martínez, cuyo bajo nivel de juego fue evidente frente a Morelia.
Siboldi no tiene hoy un elemento para mandar balones largos al frente, para quitarse a dos jugadores y anotar gol, como lo hacía Tavares.
Los mejores minutos ofensivos frente a Morelia fue cuando el equipo tuvo circulación de balón en medio campo a ras de pasto.
El hecho de que Santos Laguna siga jugando al pelotazo sólo está provocando pérdida de balones y desorganización en zona defensiva.
Más que enfrentar a un rival, personificado en el equipo Puebla, la escuadra lagunera sigue en búsqueda de jugar a algo y organizar un equipo, con talento y comunicación.
