De increíble califico el imaginativo de las versiones que salieron en el entorno del hecho que derivó la salida de Robert Dante Siboldi de la dirección técnica de Santos Laguna; fueron desde golpes en el vestidor hasta infidelidades maritales, las versiones fueron promovidas desde las redes sociales hasta “colaboradores” de medios de comunicación.
El técnico uruguayo estuvo solo desde el pasado mes de junio cuando regresó el equipo a la pretemporada. Siboldi salió a dar una rueda de prensa el día 20 de ese mes, sin ningún directivo presente, para hablar del plan de refuerzos. Le avisaron sobre la marcha que fueron transferidos Araujo, Izquierdoz y Tavares en pleno vuelo o a punto de jugar un partido de pretemporada en el estadio del Tazón del Algodón en Dallas, Texas.
Y su soledad en el banquillo santista se agudizó cuando se amotinó Leandro Cufré, lo que se agudizó cuando decidió sentar a Jonathan Orozco y, después a Gerardo Alcoba, sin versiones claras y verdaderas en ambos casos. El asunto tuvo su punto de ebullición en la semana de los juegos frente a Puebla y Celaya.
Siboldi perdió el control; se le veía en la mirada, en sus declaraciones, en sus posturas y en lo parco de las respuestas. No le hizo gracia que se cuestionará su autoridad con aquel video de la hidratación en el partido frente a Lobos BUAP porque estaba en plena batalla interna con Cufré.
Sin el control del equipo, la directiva albiverde toma la decisión de aceptar, primero la renuncia de Cufré, y luego la de Siboldi. En el móvil del pleito pampero-charrúa queda Alcoba que reacciona incorrectamente a la decisión de mandarlo a la banca.
Y es así como llega Salvador Reyes a la dirección técnica de Santos Laguna, en medio de fisuras en el equipo, las cuales se tendrán que resanar para evitar que los resultados sean incómodos. El plantel de jugadores deberá trabajar más en lo mental que en lo futbolístico.
Si el equipo supera la salida de Siboldi y el terremoto interno que causó, entonces el torneo tendrá buen puerto.
Por si solo, Chava Reyes no iba a controlar a un grupo descontrolado, por lo tanto le traen a Juan Pablo Rodríguez, elemento con carácter y visión de todos los aspectos del juego, un viejo liderazgo que será uno nuevo desde el banquillo a lado de Reyes.
La prueba es Chivas pero el reto es el propio equipo Santos.
