En Zapopan existió un gran espacio abierto, que entonces era más unidad deportiva que parque. En cualquier caso, era un amplio espacio público en la zona, con vocación para convertirse en una extensa área arbolada.
Era, en buena medida, la quintaesencia de un espacio de sana convivencia barrial y comunitaria, al que acudían múltiples familias zapopanas. Siempre activo, había clases de deportes y más actividades. Con una fuerte vocación futbolística, sede de una liga llanera local. Un espacio propio y muy utilizado por la comunidad zapopana.
Todo esto llegó a su fin en el 2011, con aquellos juegos panamericanos que, supuestamente, iban a “ponera Guadalajara en el mapa”, como algunos dijeran; lo que nunca ocurrió. Recordemos que aún ciudades como Estocolmo rechazaron eventos de este tipo, por considerarlos demasiado onerosos e inútiles para el futuro de su ciudad. Pero la alegre Guadalajara lo vería genial, a pesar de todas sus carencias. Fue entonces cuando el Estadio Panamericano, rechazado de varias ubicaciones previas, aterrizó,al cinco para las doce, en el parque Zapopan Romero, borrándolo del mapa.
Tiempo después, un grupo empresarial vio “la oportunidad” de reconvertirlo en un estadio de beisbol. De aprovechar aquel “inútil elefante blanco”, una valiosa propiedad de todos, por un módico precio, no sé si más cercano a lo gratuito. Escucho que actualmente es un foco de ruido y molestias para los barrios y colonias habitacionales vecinas.
La pasada administración pudo implementar un parque en una fracción del sitio. ¿Sería posible, en algún futuro no tan lejano, recuperar lo demás como un verdadero espacio público para beneficio de todos? Esperemos que, para este momento, la inversión hecha en el estadio se haya amortizado o se amortice pronto, y que pueda llevarse a una propiedad privada, en algún sitio más apto de la ciudad. De entrada, reutilizar su material metálico es factible.
De manera que Zapopan recupere un gran espacio verde que, complementando el Parque Metropolitano del poniente, y el ahora Parque Quintanar en la presa de Osorio, en Oriente, contribuya a formar una red de grandes parques metropolitanos a lo largo y ancho de Guadalajara.