Política

Del campeonato de besos en el Zócalo

  • Carta de Esmógico City
  • Del campeonato de besos en el Zócalo
  • José de la Colina

Con postizas alas de ángeles a la espalda, con bocas besadoras pintadas en las mejillas. con francas sonrisasen los labios verdaderos, y con pancartas y volantes, marchaban por la avenida Juárez unos 100 jóvenes de los dos géneros... y quizá también del tercero, y de algún otro, ¿por qué no?

Iban, bajo el inesperado cielo azulísimo del martes 22 de noviembre 2016, es decir, apenas "ayercito", en dirección al apodado Zócalo (ese gran pedestal sin la enorme estatua histórica para el que fue concebido), con la intención de invitar (incitar) a romper el... ¡ah!, pero no hay que alarmarse, lo único que querían romper, según gritaban, es un récord Guinness: el del mayor número de personas que a un tiempo se diesen un beso en un lugar público.

Desde ahora el cronista advierte que ni su señora ni él contribuirán con sus personas a tan dulce manifestación, y no por ser mojigatos y pudibundos, sino porque creen que tal gesto amoroso es un asunto entre ello dos, algo que exige privacía y que pierde autenticidad y deleite si se hace "en público de la gente" y en modo exhibicionista (nada de, por ejemplo, todos los concurrentes besándose encuerados como para lente de Spencer Tunick, ¿lo recuerdan?).

Pero a la vez el cronista aplaude la convocatoria por cuanto es asunto de tierna y justiciera ruptura de la pudibundez de la central y espaciosa gran plaza metropolitana, tan habituada a escenificar momentos heroicos de la historia nacional pero no de algún acto erótico, y supuso (pues es más suponesista que sospechosista) que ayer el lugar habrá estado a reventar de miles de ciudadanos ejecutantes del acto de besarse en tanda de permanencia voluntaria. Y aún más: el cronista propone a las autoridades citadinas que, si en efecto se rompe el récord registrado en la guía Guinnes y si Esmógico City se vuelve campeón mundial del beso, se erija en el Zócalo un monumento conmemorativo que tomase por modelo a la escultura Le Baiser del gran Auguste Rodin, con una placa de oro en el pedestal en la que diga algo así como: "En este lugar, en el día tal del mes tal de tal año, un millón de mexicanos, más no pocos fuereños, le rompieron el récord del beso multitudinario a la Guía Guinness. O séase que en México sí se puede, ¡hiiii-jaiiii-jaiiii-jaiiiiiiiiiii...!"

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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