Política

La hora de Marcelo

Moisés Butze
Moisés Butze

¿Qué va a hacer Marcelo Ebrard? Definida la candidatura por parte de la oposición, haiga sido como haiga sido, en favor de Xóchitl Gálvez, la única duda restante procede del campo de Morena. Dará a conocer a su abanderado este miércoles. Pero la incertidumbre no estriba en saber quién ganará la candidatura del partido en el poder, sino qué hará el principal contendiente, Marcelo Ebrard, ante su inminente derrota. Y es que, para decirlo rápido, las probabilidades de que el ex canciller gane la encuesta cuyo levantamiento hoy termina son prácticamente inexistentes. Si bien la política no es una ciencia exacta, tampoco es que carezca de lógica. Sería una sorpresa abismal que los sondeos definitivos sean contrarios a los que durante más de un año y hasta hace una semana y de manera generalizada, sin importar la empresa encuestadora, dieron una ventaja cómoda a Claudia Sheinbaum. En ocasiones en el día decisivo un perseguidor alcanza y supera al aparente líder, pero esa posibilidad solo existe cuando en las semanas previas la brecha venía cerrándose. En este caso ha sido lo opuesto. Y obvio decir que ninguna “mano negra” vendrá en su auxilio para favorecer otro resultado; no es el favorito de las bases ni de la nomenclatura de Morena.

Todo indica, pues, que Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez se disputarán la presidencia del país dentro de nueve meses. La incógnita es qué papel habrá de jugar Marcelo y en qué medida podría afectar esta contienda.

Si bien es cierto que una y otra vez él ha dicho que no incurriría en una escisión motivada por un resultado adverso, también es cierto que ha sido particularmente crítico en los últimos días en contra de toda anomalía en el proceso de selección. Objeciones pertinentes algunas de ellas, pero otras son atribuibles más a temas de logística (retraso en la llegada de cuestionarios en el primer día) que a pecados capitales como las hace ver Marcelo y su equipo. Algo que ha sido interpretado como una estrategia para construir una narrativa contraria a Morena. Lejos de plantearlo en los espacios de negociación que se han abierto entre la dirigencia del partido y los candidatos, el excanciller ha buscado ventilarlo a la opinión pública.

¿Qué hará Marcelo? El acuerdo firmado otorga al segundo lugar en la encuesta la coordinación del Senado el próximo sexenio. Aparentemente sería un fuerte incentivo para quedarse en Morena. En teoría, el control del poder Legislativo lo haría un protagonista clave para mover los hilos de la vida pública e incluso preparar una posible candidatura para la presidencia del 2030, cuando tendría 70 años. Pero esto solo es en teoría. Primero, porque ha tensado tanto la liga que habría que preguntarse si López Obrador recurriría a algún pretexto para invalidar tal acuerdo; con cierta lógica podría pensar que lejos de ayudar a Claudia Sheinbaum le estaría heredando un problema. Y segundo, incluso en caso de que se honre tal acuerdo, podría ser solo de membrete si en el reparto de candidaturas para el Senado no le conceden más de un par de escaños a los de su grupo. Y sobre la presidencia en 2030, a estas alturas Ebrard debe tener claro que el obradorismo no lo va a elegir como su abanderado ni ahora ni después.

¿Qué alternativas tiene? Tras la nominación de Xóchitl no cabe la posibilidad de encabezar a la oposición, algo que se especulaba hace meses al margen de que fuese o no factible. Solo queda Movimiento Ciudadano, obviamente, partido con el cual mantiene una relación cercana. En principio uno tendría que preguntarse por qué hacerlo si va a estar condenado a quedar en tercer lugar, pues MC no tiene capacidad para competir contra las maquinarias y la presencia territorial de Morena y del Frente Amplio.

Sin embargo, bien mirado podría ser el primer paso de un proyecto más ambicioso. Con Ebrard como ancla en la boleta, MC cosecharía un porcentaje récord en las presidenciales (¿12, 15, 18?) y, más importante, impulsaría un número interesante de escaños y curules en las cámaras. Eso le permitiría a este partido convertirse en fiel de la balanza para dar mayoría a una u otra de las fuerzas políticas en materia de leyes, presupuestos y agendas polémicas.

Y más importante aún. Dante Delgado no tiene un relevo claro en la dirigencia de MC. Si bien tendrá 74 años para el arranque del próximo sexenio, pocos o muchos según se mire, la semana pasada expresó una suerte de balance de fin de ciclo de su trayectoria política, una confesión que transpiraba fatiga o desgaste. Desaparecido de la ecuación de MC Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco, no habría una figura alternativa capaz de liderar el potencial de la que se presenta como la tercera vía. Samuel García, gobernador de Nuevo León, podría ser una carta atractiva para la boleta presidencial de 2030, pero difícilmente podría asumir la conducción del movimiento.

En ese esquema, en el mejor de los casos Marcelo consigue estar, por fin, en la boleta presidencial en 2030; en el peor, se convierte en el dirigente de la fuerza política con mayor potencial de ofrecer una alternativa frente al desgaste de las dos fuerzas que han gobernador en los últimos años: Morena y PRIAN. En suma, todo eso podría constituir un mayor incentivo que coordinar a senadores morenistas que no parecen apreciarlo mucho.

¿Cuánto afectaría a Morena una candidatura de Ebrard por el MC? Solo podemos especular, pero lo más probable es que hiciera más daño a Xóchitl que a Claudia, pues dividiría el voto de la oposición. Lastimaría las pretensiones de la hidalguense de atraer el sufragio de los ciudadanos ubicados en el centro político. El obradorismo posee un núcleo duro que supera el voto duro del PRIAN. Para tener éxito el Frente Amplio necesita a los indecisos, a sectores no polarizados, a despolitizados. Ebrard seguramente captaría algunos o muchos de ellos. Y tendencialmente, en el próximo sexenio, tampoco sería un liderazgo totalmente incómodo para la izquierda. Si Marcelo se hace cargo de esta tercera vía, no sería del todo malo que el criterio de desempate de futuros entrampamientos fuese alguien que formó parte de la 4T. Y López Obrador lo sabe.

Este miércoles tendremos respuestas. Si Ebrard se hace presente y levanta la mano de la ganadora lo más probable es que se quede en Morena. Si impugna los resultados de inmediato, seguramente seguirá la ruptura. Pero también cabe que alargue el suspenso simplemente eclipsándose, como estrategia para ganar tiempo. MC ha dicho que abrirá su convocatoria para las candidaturas a finales de septiembre. Estamos a horas de tener señales en un sentido u otro.


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Jorge Zepeda Patterson
  • Jorge Zepeda Patterson
  • Escritor y Periodista, Columnista en Notivox Diario todos los martes y jueves con "Pensándolo bien" / Autor de Amos de Mexico, Los Corruptores, Milena, Muerte Contrarreloj
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