Gozamos de la amistad de muchos universitarios en los diversos niveles de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Desde hace casi dos décadas, nos recuerdan algunos de ellos, la Máxima Casa de Estudios ha tomado un paso ascendente vertiginoso.
No solamente en lo académico se percibe un ambiente de laboriosidad. Hay diversas actividades en escuelas y facultades hasta en sábado. El viernes social quedó atrás.
En lo administrativo hay control. La institucionalidad alcanza altos niveles. Aunque nunca faltan los prietitos en el arroz, pero no afectan el buen sabor de boca de la paz universitaria.
Rogelio Garza aterrizará al frente de la Autónoma de Nuevo León en un escenario ideal para aplicar la experiencia acumulada en su andar por los pasillos de escuelas y facultades, así como en la misma torre de Rectoría.
Pronostican universitarios de larga carrera, la Universidad alcanzará sus altas metas académicas, requisito para ascender en el plano internacional como centro educativo superior.
Recuerdan los tiempos álgidos, de división e inconformidad. El panorama presente es la otra cara. La Universidad ahora educa para transformar y se transforma para educar.