No entendemos. Por un lado nos dan cerrojazo en la nariz con el cierre de la puerta de la información de seguridad y por otro nos quieren deslumbrar con el cómo compran los tornillos en el estado.
En la balanza de lo prioritario y lo necesario suena ridículo negar datos de seguridad en medio de un ambiente de intranquilidad y zozobra.
¿Qué importa más al ciudadano? Saber en qué zona de su colonia hay posibilidades de sufrir un robo o asalto, o qué empresa va a construir el puente a kilómetros de su casa.
En el nuevo Gobierno enfocan diferente lo demandado por la sociedad y mandan señales contradictorias.
Conste, fue promesa de campaña que no se gobernaría con ocurrencias. Lo malo es que ya no sabemos si son mejores frente a las incongruencias.
Es que dicen una cosa y hacen otra. Y apenas van comenzando.