Uno de los presidentes más grandes de los EUA, Abraham Lincoln, al afirmar que “una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil” dimensionaba el poder del sufragio en una elección.
En seguida comparto con ustedes algunas líneas de la exposición sobre la Revolución del voto, libro que presenté el pasado viernes 21 de septiembre. En poco más de un siglo nuestro país ha transitado de la dictadura a la revolución, de las traiciones políticas entre caudillos, pasando por la era de las instituciones, del país de un solo hombre y del partido hegemónico, hasta la disputa por la democratización en la vida nacional.
En 1988 con la llamada “caída del sistema” reencarnaría la vieja demanda del sufragio efectivo enarbolada por Francisco I. Madero en 1910. Más adelante se ordenaría en la Constitución y la Ley la creación del IFE con un Consejo General ciudadano.
En 1997 por primera vez la oposición seria mayoría en la Cámara de Diputados y en el año 2000, con el voto ciudadano se lograría la primera alternancia en la presidencia de la República. Doce años después regresaría al poder el partido institucionalizado por Plutarco Elías Calles y este primero de julio se levantó con la victoria el Partido del Movimiento de Regeneración Nacional.
Este proceso histórico de democratización llegó también a muchos estados y municipios del país. La sacudida electoral impactó a la Comarca Lagunera, a Durango en 2016 y a Coahuila en 2017. Con los comicios del primero de julio de este año la revolución del sufragio trastocó el mapa político y la configuración del poder en todo el país. En los hechos esta fue una revolución pacífica que viene de abajo, un voto de castigo para los partidos tradicionales y a la clase política dirigente, un ultimátum del México humillado y lastimado, contra la corrupción política, contra la violencia, la impunidad, la desigualdad, la demagogia y la mentira en la función pública.
Sin duda un producto de esta revolución que comenzó en 1988 es la elección de este 2018. Morena obtuvo en las urnas un poder colosal en las dos Cámaras del Congreso de la Unión pero sobretodo en los estados y municipios del país. Esta sacudida ha cambiado ya nuestro sistema de partidos. Ahora surge un nuevo partido hegemónico con mayoría absoluta en la elección presidencial, un dramático hundimiento del PRI al grado de poner en duda su sobrevivencia, la caída del PAN a los niveles de los años ochenta y noventa y solo un partido, Morena como la estrella solar del firmamento político mexicano.