Desde la noche del primero de julio, en los hechos Andrés Manuel López Obrador asumió casi íntegramente las funciones de presidente de la República: “La transformación que llevaremos a cabo consistirá, básicamente en desterrar la corrupción de nuestro país”.
Mucho se ha dicho y escrito sobre AMLO. Ha sido calificado de populista, izquierdista, autoritario, nacionalista y conservador en materia fiscal. La verdad es que es un ideólogo de la izquierda social y un político pragmático. Le apuesta a un mayor gasto social, defiende las elecciones como un demócrata pero en el fondo es un populista con una fuerte vena autoritaria. Pugna por una mayor intervención del Estado en la economía, apoya a la empresa pero enfrenta a los empresarios que pactan ventajosamente con el gobierno.
Destacados analistas fiscales aseguran que los ahorros anunciados por el Presidente Electo no serán suficientes para atender los programas y cambios que pondrá en marcha, dado que dice no aumentará los impuestos ni endeudará más al país, entonces se preguntan ¿cómo hará funcionar López Obrador el balance general y cómo gobernará a México?
Hoy arribará a Durango el nuevo presidente, se reunirá con el gobernador José Aispuro Torres, con el gabinete estatal, con los legisladores locales y concluirá su visita con un mitin de agradecimiento a la sociedad duranguense en la plaza de armas de la capital duranguense.
Imposible ignorar la debilidad política actual de los partidos tradicionales y en particular del titular del Ejecutivo en Durango. Desde el 1 de julio la revolución del sufragio reconfiguró el poder político del Estado de ahí que el próximo presidente llega a Durango como quien llega a su propia casa.
Por su parte La Laguna espera que la llamada Cuarta Transformación reivindique a esta región históricamente marginada por los gobiernos de Coahuila y Durango. El espíritu emprendedor y de lucha de los laguneros merece un impulso federal que potencie el futuro de esta Comarca. Ya basta de gobiernos estatales que frenan el desarrollo.