
Con todo respeto someto a consideración de la Real Academia de la Lengua la consideración debatible de la palabra desbrújula como nueva referencia de acentuación o por lo menos, definición en su vasto catálogo. Dícese desbrújula toda acción, intento, error o despiste donde el sujeto se avienta el verbo diametralmente opuesto a la lógica, geometría o sentido común de la acción o vocablo; es decir, es víctima de su desbrújula el desmañado que decreta supresión del Horario de Verano por Dedazo Flamígero sólo para luego sugerir que la población de súbditos y sucedáneos (o ciudadanos y adláteres) procuran amanecer una hora más temprano en tiempos de calor para no sentir sopores y congojas.
Desbrújula en la engañosa saliva de asesores que recomiendan a un potencial y previo candidato a la Presidencia de la República la errada ocurrencia de ofrecerle un hueso a un notable desempleado que no precisa de puesto ni ingreso y que —además— rechaza la invitación como insinuación en el vacío y desbrújula quien vocifera o demerita el nombramiento de una mujer como ministra de lo interior —ya por cantante, juventud o belleza corporal— evitando sopesar méritos administrativos, laborales o políticos; es decir misoginia por desbrújula así como en la fallida argumentación de un supremo juez que intenta justificar su afición por las rolas de Taylor Swift (y el probable desembolso millonario por ir a vitorearla en vivo) no con argumentos musicales, sino con la desbrújula de sustentar su filiación por tratarse de “un ejemplo de honestidad intelectual y derroche de sueños para millones de mujeres y jóvenes en el mundo” (colectivos a los que no pertenece dicho melómano encorsetado y con toga).
Para tal caso: desbrújula la empresa que alquilaba submarinitos de hojalata para visitar los restos del Titanic a tres kilómetros de profundidad en la mar oceáno con un solo botón de mando y un control de consola Nintendo para sortear posibles corrientes y desbrújula el llamado Triángulo de la Rioja en España donde no pocos tráileres de carga han quedado varados en caminos vecinales, brechas forestales y senderos arenosos por un error en el GPS de Europa que los guía equivocadamente en efervescencia descarada de la expansiva desbrújula que parece contagiar a una inmensa mayoría de incautos.