Hace más de 20 años en Torreón, la gran mayoría de los conductores circulaban por la cuidad sin colocarse el cinturón de seguridad.
Por supuesto que estaba estipulado en el reglamento de tránsito y vialidad.
Pero aun así los conductores hacían caso omiso a dicha reglamentación, no obstante que su principal objetivo era proteger la vida en caso de algún siniestro.
Ahora 20 años después, la gran mayoría de los automovilistas se colocan el cinturón de seguridad en forma automática, antes de poner en marcha su vehículo.
La pregunta es, por qué ahora si se tiene la precaución de abrocharse el cinturón de seguridad y hace 20 años no se hacía, pues porque ahora, las infracciones si se aplican cuando se omite ponerse dicho cinturón.
Ésta práctica que muchos llaman cultura, no es otra cosa que el automovilista prefiere ponerse el cinturón, que estar pagando continuamente multas y haciendo corajes por la infracción, además de la pérdida de tiempo mientras discute con la autoridad de vialidad seduciéndolo para que no lo infraccione.
Así como se logró a base de multas la “cultura” de abrocharse el cinturón de seguridad, también se debe hacer valer los múltiples reglamentos municipales para disfrutar de una ciudad más limpia y transitable, pues es bien sabido que la ciudadanía, solo entiende a base de sanciones pecuniarias, porque los exhortos para respetar dichos reglamentos nadie les hace caso, hasta que les golpean en el bolsillo.
Las infracciones a los reglamentos municipales, no son delitos, son faltas administrativas mismas que se solucionan pagando la multa.
Todo mundo sabe, que los extranjeros que pisan suelo Norteamericano por ese simple hecho se convierten en excelentes ciudadanos, y ¿por qué se da tal metamorfosis ciudadana? pues es muy sencillo, en EE.UU, los reglamentos no están de adorno, los mismos se aplican y como resultado la comunidad en ese país que es un crisol de razas, vive en gran armonía, gracias a la excelsa aplicación de multas administrativas, además a los servidores públicos encargados de sancionar como son los policías o inspectores, se les respeta so pena de convertir una simple falta administrativa en un delito grave, por agredir física o verbalmente a dichas autoridades.
El día que nuestro país, deje de inventar el hilo negro y siga el ejemplo del vecino país de EE.UU, empezando por aplicar sin distinción las faltas administrativas, ese día va a disminuir poco a poco, el caos y anarquía en que se vive en muchos municipios, producto de la inacción gubernamental.