Vaya error de cálculo de los panistas el miércoles de esta semana con la organización del mitin de Ricardo Anaya, candidato a la Presidencia de la República de la alianza “Por México al Frente”.
Si querían mostrar músculo con ayuda de la militancia para quedar bien con el expresidente del PAN, definitivamente lo lograron; estoy seguro que Anaya Cortés se fue muy contento y satisfecho a seguir su campaña. ¿Pero a costa de qué?
Ese día, a partir de las 2:00, 3:00 de la tarde, la mayoría de las unidades de transporte público en la zona conurbada dejó de circular en sus rutas habituales, pues fueron utilizadas para “trasladar” militantes y simpatizantes de Ricardo Anaya, desde sus colonias hasta el Centro de Convenciones de Tampico.
Se pudieron ver filas de camiones por calles como la Rosalío Bustamante, lonas en colonias anunciando la hora en que las personas tenían que llegar a tomar la unidad, se llenara o no, para partir a la multitudinaria reunión.
En redes sociales la indignación no se hizo esperar, pues cientos de usuarios se volcaron para reclamar y exhibir la falta de transporte público, que por más de seis horas afectó la actividad de miles de personas que no pudieron llegar a tiempo a sus hogares o trabajos.
Tan solo en la avenida Hidalgo, las paradas de autobuses lucieron repletas, al igual que las banquetas.
Estamos de acuerdo con que Tampico es muy importante en Tamaulipas y la huasteca; pero no deja de ser una ciudad chica, que al menor desequilibrio en sus actividades todo se convierte en un caos.
¿Ahora cualquier partido político (si es que fue así) puede ir y rentar todo el transporte público que quiera, sin importar no dejar nada para el servicio normal de la población? ¿No hay un reglamento que ponga límites a esto?
Y antes de que piensen que esta columna es antipanista, es cierto que también en el evento masivo de AMLO en la playa hubo acarreados, como les dicen. Todos los partidos lo hacen, aunque los esperábamos más del PRI (como era casi costumbre), no del nuevo PAN en Tamaulipas.
Y sí, repito, con AMLO también hubo esos acarreos, pero no vi a media ciudad paralizada por lo mismo. Pequeño detalle, gran error de cálculo que quizá generó unas 15 mil simpatías y votos para Anaya; pero también provocó muchos miles más en contra.
