Todos los ciudadanos tenemos ganado, al menos eso dice la ley, a uno de los derechos básicos por excelencia en una sociedad civilizada, es el derecho a tener servicios dignos de Salud.
Las atenciones médicas tienen que ser de la mejor calidad así como las instalaciones de los hospitales públicos, siempre, punto. No debe ser discutido.
Pero está más que claro que no ocurre así, pues con todas sus limitaciones el Seguro Popular ha dejado mucho que desear a los miles de derechohabientes en el sur de Tamaulipas.
Los regidores de la Comisión de Salud en Ciudad Madero señalaron que pese a haber interpuesto una queja en Ciudad Victoria a la coordinación estatal del programa por el mal servicio otorgado a usuarios en la zona sur, desde hace un año, y es tiempo que no ha habido una respuesta a la misma, de sanciones ni hablamos.
El problema es muy frecuente y evidencia un grave problema en el Seguro Popular. ¿Ya se quedó sin recursos este programa de salud?
El asunto tiene alcances que rayan en la crisis total. No hay medicinas, falta personal médico, no se otorgan placas, radiografías, elementos necesarios para una consulta médica, vendajes, hasta se han agotado las mismas recetas médicas, según lo ha referido personal de hospitales civiles en Tampico y Madero.
Hay un descontrol desde el momento en que los nosocomios de la zona conurbada tienen que atender enfermos de otras regiones como el norte de Veracruz, donde en teoría los servicios médicos tendrían que tomarlos en su estado, pero la salud no se niega y se brinda hasta donde se alcance.
Luego la factura de la atención otorgada a foráneos no quiere ser solventada por el estado en cuestión, en este caso Veracruz. El servicio ya lo costeó Tamaulipas con equipo y medicamento que debería tocarle a los usuarios locales. Insisto, es un descontrol.
¿Luego de quién es la culpa? ¿Del médico que no quiso dar el servicio de calidad o las autoridades de Salud que no se preocupan de dotar las herramientas a los hospitales para brindar ese buen trato?
Diariamente acuden cientos, casi miles de usuarios a los hospitales civiles de Tampico, Madero y Altamira. Son largas las odiseas que tienen que soportar con tal de ser atendidos dignamente, sin dar vueltas ni gastar un dinero que no tienen en cosas que por cobertura deben darles los nosocomios.
Hasta en el Hospital Canseco de Tampico los trabajadores sindicalizados cerraron el paso a los pacientes de Urgencias, pediatría y ginecología, porque desde hace dos meses les pidieron arreglo al sistema de aire acondicionado, y rechazaron atender a las personas en tales condiciones de insalubridad.
Gobiernos que le apuestan a la salud, ¿algún día los tendremos?